El desafío independentista
Las elecciones de la ANC hacen aflorar sospechas de fraude
Una ex dirigente acusa a la entidad de «inventar» reglas para vetar a Antonio Baños y evitar su victoria
La Asamblea Nacional Catalana, como brazo civil del independentismo, ha hecho del desprestigio de la democracia española una de las principales banderas durante el «procés».
La Asamblea Nacional Catalana, como brazo civil del independentismo, ha hecho del desprestigio de la democracia española una de las principales banderas durante el «procés». Un tipo de difamaciones que ahora es la propia ANC quien tiene que lidiar con ellas, después que el proceso electoral para renovar su dirección se haya saldado con acusaciones de irregularidades, la mayor parte de ellas procedentes del entorno de la entidad. La última tuvo lugar ayer, después de que una ex dirigente y ganadora de las anteriores elecciones de 2015, Liz Castro, pidiera que se vuelvan a poner las urnas tras tender la sospecha de fraude sobre la Junta Electoral de la entidad.
Castro, en una entrevista en Rac1, aseguró que el órgano que vela por el buen funcionamiento del proceso electoral se «inventó» unas reglas para imposibilitar la candidatura de Antonio Baños, que fue vetado por participar en un tertulia radiofónica el lunes pasado. La entidad, reglamento en mano, adujo que los candidatos no pueden tener apariciones en medios durante la semana de campaña, ya que ello supondría contar con mayor ventaja. Este criterio, sin embargo, no es compartido por Castro y lo rebatió asegurando que todas las candidaturas, casi 150 para los 77 asientos que integran el Secretariado, han podido acudir a los coloquios que ha ido organizando la ANC durante la semana pasada para que todos los aspirantes tuvieran las mismas posibilidades.
En todo caso, para Castro, el objetivo de las irregularidades que denuncia tienen su razón de ser en impedir la victoria de Baños. «Es una persona que habría recogido muchos votos, y se manipuló para que no ganara», reprochó. El propio Baños, que evitó valorar si las elecciones se deberían impugnar, dejó entrever que hay quien quiere intentarlo, y sobre su situación, ironizó que es natural que alguien que tiene acceso a un micrófono –su caso– lo tenga «más fácil» que un oficinista en Pont de Suert (Lleida).
En todo caso, si no se repitieran las elecciones, el próximo paso de la entidad para confeccionar su dirección tendrá lugar este sábado, cuando los 77 elegidos elijan al nuevo presidente y vicepresidente. Hasta ahora, solo se conocían a tres aspirantes, entre los que no figuraba la vencedora, la profesora de la Facultad de Economía de la Universidad de Barcelona, Elisenda Paluzié, que se mantiene muy reticente a liderar la ANC. Según explicó a «NacióDigital», estaría dispuesta a postularse si consigue una dirección «colegiada y cohesionada», en la que puedan haber cinco o seis rostros visibles. Por el momento, solo hay tres candidatos a presidir: el ex jefe de prensa, Adrià Alsina, que representa la línea oficialista por su afinidad a Jordi Sánchez, y considera que la República ya se ha proclamado; David Minoves, presidente del Ciemen y que apuesta por seguir ampliando la base social para la independencia; y David Fernández, presidente del Cercle Català de Negocis.
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