Artistas
Llega la era de los «impersonators»
El Teatro Coliseum acoge el espectáculo «One king and two queens. Superstars en directo» que sube al escenario a los replicantes clónicos de Michael Jackson, Madonna y Rihanna
El Teatro Coliseum acoge el espectáculo «One king and two queens. Superstars en directo» que sube al escenario a los replicantes clónicos de Michael Jackson, Madonna y Rihanna.
Dicen que cuando Michael Jackson se miraba al espejo, lo que veía era a un imitador, y a uno muy bueno, tanto que pensaba que se parecía mucho más a si mismo que él. Entonces empezaba a bailar y ensayaba sus pasos delante del espejo, enfebrecido porque la imagen reflejada siempre lo hacía mejor que él. Esto le ponía frenético. Necesitaba desquitarse, necesitaba ganar, ser todavía más brillante que su imagen, y se esforzaba más, y más, y más, hasta caérsele las lágrimas, pero lo que reflejaba el espejo siempre le superaba. Él no se rendía, no podía, todavía tenía pinzado en sus nervios los gritos de su padre obligándole a esforzarse más, hasta que caía exhausto, derrotado. De nada servía decirle que era él la imagen que proyectaba el espejo, porque eso era como decirle que él sólo era un imitador. Así se forjó la leyenda del rey del pop, un hombre desdoblado que nunca consiguió reflejar su imagen en un espejo, es decir, un fantasma.
Si el propio Michael Jackson creía que su yo frente a un espejo era un imitador que lo humillaba al hacerlo mejor que él, hizo bien en no ver a Frederick, artista considerado como el mejor imitador del Rey del Pop del mundo. «Siempre fui un fan de su música. Me encantaba cómo era capaz de hacer bailar a todo el mundo, sin distinciones de clase, género, religión. Era el “gran entertainer” de la gente. Quería imitar eso, ese espíritu. También quería imitar a Michael Jordan, pero era demasiado bajo», asegura Frederick en declaraciones a LA RAZÓN.
Después de pasar por Barcelona con el espectáculo «Moonwalker», ahora regresa al Teatro Coliseum con «One king and two queens. Superstars en directo», espectáculo en que une su talento a los de Lisa Hart, la «impersonator» más reconocida de Madonna y Jade McQueen, que se parece tanto a Rihanna que parece un espejismo. Hart asegura que al actuar siempre se imagina que Madonna está en la platea para obligarla a darlo todo. Mientras, McQueen, que empezó simplemente por su extraordinario parecido con Rihanna, afirma que sus esfuerzos se centran en mimetizar la particula voz de la cantante de Barbados. «En mi caso, lo más complicado es sincronizar la voz con los pasos de baile, que son más de cien y no dejaban de crecer nunca», afirma Frederick.
Estos «impersonators», que llegan directamente desde Las Vegas y trabajan recurrentemente en Berlín y el resto de capitales europeas, interpretan las canciones más características de estos iconos del pop, para luego unirse en un gran finale. Mcqueen canta, entre otros, «Umbrella», «We found love» u «Only girl in the world», entre otras. Hart interpreta desde «Like a prayer», «Like a virgin» «Vogue» o «Material girl». Frederick, por su parte, canta «Beat it», «Smooth criminal», «Thriller», «Billy Jean» o «They dont care about us».
La intención de la promotora es convertir estos espectáculos de «impersonators» en una serie recurrente y ya han avanzado que los próximos dobles en llegar podrían ser Justin Biever, Tina Turner, Beyonce y el Rat Pack.
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