Gerona

Localizan un yacimiento arqueológico inédito en Gerona

Un equipo de arqueólogos y geólogos gerundenses han localizado un nuevo yacimiento del periodo de transición entre la edad de bronce y la de hierro entre el cerro d’Aiguablava y Sa Punta d’es Mut, en Begur (Gerona), según se ha publicado en la revista del Institut d’Estudis del Baix Empordà.

Centenares de restos arqueológicos se encuentran dispersos en una gran extensión de unos 70.000 metros cuadrados propiedad del Parador Nacional de Aiguablava, lo que ha evitado que se construyera en la zona y que se hayan podido conservar los restos.

El origen de la investigación está en el hallazgo por parte de uno de los arqueólogos de del equipo, de una postal en la Biblioteca de Catalunya que el pre-historiador Lluis Pericot i Garcia (1899-1978) mandó a un maestro y discípulo de Begur, Lluis Esteva i Cruañas (1906-1994) informándole que “els amics de Gerona” habían encontrado cerámica a mano y a torno.

Las indicaciones que le dio en una segunda carta apuntan a la localización en torno al espacio que ocupa el Parador de Turismo, inaugurado en febrero de 1966.

Las visitas hechas a la zona por los arqueólogos gerundenses, Francesc Aicart, Enriqueta Pons, Xavier Rocas y por el geólogo Carles Roqué, constataron la existencia de vestigios antiguos que documentan la presencia humana en este lugar en distintas épocas.

Los restos cerámicos indican que el lugar se frecuentaba durante el calcolítico-Bronce inicial, aunque calculan que cuando tuvo una actividad más importante fue en el periodo de transición entre la edad del bronce y la del Hierro antiguo, momento en el que al parecer que hubo un asentamiento que ocuparía la parte alta del cerro y su vertiente meridional, como mínimo.

A pesar de que por motivos desconocidos el asentamiento se abandono en el siglo VI antes de Cristo, también se ha constatado que en la primera mitad del siglo XVIII la zona fue transformada por cultivos de bancales, donde todavía se conservan algunas paredes de piedra.

La ubicación del asentamiento, con acantilados al sur y al este, y la imposibilidad de acceder a él por tierra por el oeste, lo hacían de fácil defensa, y sus rellanos naturales y el estar a cubierto del viento de tramontana lo convertían en un buen lugar para establecer un asentamiento humano.

Sobre la vertiente sur del cerro se han identificado varias estructuras de piedra seca que coinciden con los lugares donde hay más restos arqueológicos, y los expertos creen que podrían ser restos de zócalos de cabañas o de otras estructuras relacionadas con la actividad agrícola.

En los lugares donde aparecen vestigios de muros antiguos y donde hay una mayor concentración de restos arqueológicos han parecido fragmentos de arcilla y paja que podrían corresponder a restos de tapia de antiguas construcciones, y se han localizado una abundante presencia de guijarros elipsoidales redondeados de entre 3 y 9 cm de diámetro que podrían haber sido pavimentos de suelo de las cabañas.

También han aparecido fragmentos de cerámica a mano de ollas, vasos de grandes dimensiones y bandejas, datados de entre el 2.200 a.C hasta el S.VI aC, y cerámica hecha con torno de finales del S.VII y la primera mitad del S.VI aC.

Según señala la publicación, los expertos han estudiado e inventariado unas setenta piezas de cerámica, y parte de ellas han quedado en el Archivo Municipal de Begur (Gerona).