Papel
Mascarell: «Una Cataluña independiente obligará a una España mejor»
«Mecenazgo, propiedad intelectual, otro IVA cultural y mayores subvenciones, con eso me conformo»
– ¿Cómo valoraría estos cinco años al frente de la conselleria de Cultura?
– Han sido cinco años complicados, con una crisis económica monumental que ha tenido una enorme repercusión en el consumo cultural. Hemos tenido que desplegar medidas paliativas y ha hecho falta que todos entendiésemos que cuando la crisis se acabase, teníamos que dar al sector unos condicionantes nuevos.
– ¿La crisis se ha acabado?
– En esta fase estamos. El consumo empieza a recuperarse y todos los mecanismos tradicionales de las políticas culturales se han cambiado. Los sistemas de financiación son nuevos y hemos abierto una buena parte de los proyectos pendientes, como el museo de Arquitectura, el Centro Nacional de Fotografía, la ampliación del Mnac, hemos creado la tasa audiovisual. En definitiva, hemos encarado la crisis y hemos encarado la renovación de las políticas culturales públicas.
– Ahora que la menciona, ¿la tasa audiovisual se va a paralizar?
– No, está muy vigente y las empresas ya han hecho los primeros pagos. Si esto tropieza será porque el Estado pone una pega más, pero por ahora continúa. Es la medida más importante que hemos tomado por el audiovisual catalán desde 1980. Es una fuente de financiación directa, sin condicionantes anuales de presupuesto y espero que no nos la coarten porque no la niegan a la Generalitat o al conseller de turno, sino la están negando a un sector muy importante, que da trabajo a mucha gente. Al final del año nos ha de permitir recaudar 20 millones de euros.
– ¿Será posible llegar a la media europea del 2 por ciento del presupuesto dedicado a Cultura?
– Para ello necesitamos un cambio en la fiscalidad pública. Cataluña sólo conseguirá llegar a la media europea en la medida que la prosperidad que el país genera se quede en términos fiscales aquí. El problema ahora es que este país genera riqueza, pero el gobierno de Cataluña no la administra y por tanto no podemos destinar recursos a la cultura. O tenemos un estado que se crea el ámbito cultural o necesitamos un estado independiente, una de dos. Para mi la independencia es esto.
– Es decir, que como el Estado español es incapaz de garantizar una cultura fuerte, ¿es inevitable un Estado propio?
– Lamentablemente, el Estado español siempre ha sido muy ineficiente en términos culturales. Históricamente, no sólo han descuidado a la cultura, sino que han puesto palos en la rueda a la cultura catalana. Los primeros movimientos catalanistas tienen una base esencialmente cultural. Durante 150 años hemos tenido un Estado que no ha prestado atención a la cultura, mientras los movimientos cívicos la ponían en primer término. La conclusión lógica es que necesitamos un estado eficiente para que nuestra cultura no sufra. Con un estado propio el acento cultural podría multiplicarse.
– ¿De qué manera?
– Con un Parlamentoq ue hiciese leyes de mecenazgo que hace 30 años que esperamos, leyes de la propiedad intelectual que se cumplan, precios del IVA razonables y unas subvenciones prioritarias en los presupuestos públicos. Con estas cuatro cosas ya tendríamos un Estado eficiente.
– Muchos ven su ideario en las estrategias que ha seguido Mas en el proceso independentista, ¿es eso cierto?
– Yo soy su conseller y he intentado ayudarlo en todo lo que he podido porque es mi obligación. En el ámbito cultural he intentado que dentro de las políticas públicas generásemos oportunidades para todos, que es nuestra obligación, que todos se puedan expresar como creadores y como emprendedores. Hemos intentado que el conjunto del Govern tirase hacia delante en circunstancias muy adversas.
– ¿Qué ocurriría con Cultura si gana Junts pel Sí el 27-S y se inician esos 18 meses de cambios hacia la independencia?
– Básicamente, legislar para que el papel de la Cultura sea más central en la vida social catalana. Ya lo he dicho, mecenazgo, propiedad intelectual, IVA, presupuesto públicos más generosos, esto es lo esencial y con esto me conformo.
– ¿Usted se ve como el primer ministro de Cultura de Cataluña?
- No, yo no me veo ministro, pero sí veo un ministro que se pueda sentar en la mesa del consejo de ministros de Europa en igual de condiciones que cualquier otra cultura. Ahí se están haciendo los debates importantes y nosotros no podemos participar. Por ejemplo, yo no he podido participar en ninguna reunión sobre el tratado de libre comercio Europa América, un debate fundamental para el cine, para hablar de la excepción cultural.
- ¿Me está diciendo que con esta legislatura dejará las responsabilidades políticas?
– No, sólo digo que un político, cuando está en un gobierno, sabe que tiene una temporalidad y a partir de las elecciones es una etapa nueva que comienza prácticamente desde cero y ya será una obligación para quien sea el presidente del país.
– Los palos en la rueda, como usted afirma, al catalán son reales
– Sí, toda la política educativa que se ha hecho buscaba, sobre todo, crear un conflicto que aquí no tenemos, una política que ha sido un fracaso. Poner palos en la rueda es, por ejemplo, las divisiones que se han hecho en dominio lingüístico. Cataluña y Baleares hablamos la misma lengua, y los catalanes y los valencianos igual, en cambio, todas las políticas estatales han sido dividir, dividir, dividir y fraccionar. Por tanto no han cumplido la constitución, que en el artículo 3 dice que es obligación del Estado proteger esta diversidad lingüística. Si se hubiese aceptado que el Estado es plurinacional, pluricultural y plurilingüístico no estaríamos discutiendo lo que estamos discutiendo ahora.
–¿La posibilidad del federalismo ya está abandonada del todo?
– Yo soy federalista europeo y durante muchos años he defendido una España federal, pero hace diez años entendí que para que existiese una España federal debería haber alguien fuera de Cataluña que quisiese una España federal y no existe nadie en España que tenga verdadero interés en construir una España federal, lamentablemente.
– Explíqueme como vislumbra el día después del 27-S
– Será un día de renovación de la esperanza colectiva para poder hacer dos cosas, construir una Cataluña mejor y haber hecho posible que España acabe por ser un Estado mejor, porque una España sin Cataluña se tendrá que refundar y tendrá que mejorar sustancialmente. Estoy convencido que una Cataluña mejor, con un estado propio, con una España renovada necesariamente, tienen muchos motivos para una gran cooperación desde todos los puntos de vista, sobre todo el cultural. Siempre digo que lo que llamamos cultura española hay partes que también son mías, también son nuestras y éstas no veo ningún motivo para rechazarlas.
- Berta Sureda, la nueva responsable de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, habla de centrar sus políticas en la creación de base, ¿está de acuerdo?
– Poner el acento en los creadores, si esta es la idea, nosotros lo compartimos. Son la materia primera de un país, pero también empresas culturales. Hay grupos que cuando se habla de «empresas culturales» se ponen nerviosos, pero su importancia es básica. Detrás de esto hay editores, productores y compañías de teatro... No estoy de acuerdo en que haya que poner el acento en la creación de base en contra de los equipamientos culturales. Sin los equipamientos, la creación de base no tendrá organismos de apoyo, no tendrá palancas sobre las que trabajar y no se podrá desplegar ninguna iniciativa creativa.
motivo para obviarlas. Que nadie se olvide que el segundo volumen de El Quijote está centrado en Barcelona y una de las mejores bibliotecas cervantinas está en la Biblioteca de Cataluña
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