Salud
«No hay sangre artificial y nunca la habrá muy probablemente»
Entrevista al jefe de la Unidad de Medicina y Cirugía sin sangre del Centro Médico Teknon, único que cuenta en España con una unidad de estas características
Entrevista al jefe de la Unidad de Medicina y Cirugía sin sangre del Centro Médico Teknon, único que cuenta en España con una unidad de estas características.
–¿En qué consiste la cirugía sin sangre?
–Es una estrategia que busca el beneficio del paciente a partir del convencimiento de que la transfusión no es una acto banal y anodino que se realiza sobre el enfermo. La transfusión equivale a transplantar un órgano, un órgano líquido en este caso, que es la sangre, pero que su administración lleva inherentemente la movilización y alteración del sistema inmunológico del paciente que la recibe. A través de este mecanismo, el paciente que es transfundido tiene peor pronóstico y se complica más que el paciente que no ha sido transfundido. A partir de este conocimiento, diseñamos estrategias que facilitan el hecho de llevar a cabo procedimientos técnicamente muy complejos sin tener que recurrir o recurriendo en la mínima expresión posible a la utilización de derivados de la sangre.
–Y esta estrategia, ¿en qué consiste?
–Básicamente consiste en tres grandes niveles de aplicación. El primero seria conseguir que el paciente, cuando ha de ser intervenido, sea intervenido con un nivel de glóbulos rojos suficientemente elevado como para permitir que tolere bien el sangrado que vendrá inherentemente a la intervención quirúrgica. El segundo sería el llevar a cabo el procedimiento quirúrgico con la mínima pérdida posible de sangre y aquella sangre que pierde el paciente, intentarla recuperar, lavar , centrifugar y readministrar al paciente para que pueda aprovechar su propia sangre, que es aquella que le será más beneficiosa. El tercero es colaborar en que el paciente se recupere lo mejor posible de la anemia inherente al proceso quirúrgico sin tener que recurrir a la transfusión.
–Y esto último, ¿cómo se hace?
–Disponemos de una serie de elementos y de fármacos que consiguen mejorar la recuperación del número de glóbulos rojos sin tener que recurrir a la transfusión, usando el hierro y otra serie de elementos que sabemos que van a ser beneficiosos.
-¿Qué riesgos conllevan las transfusiones?
-De la transfusión, hasta hace unos años, lo único que nos preocupaba era que fuera segura desde el punto de vista microbiológico. Es decir que los que nos preocupaba hace diez años es que nuestro paciente no cogiera una hepatitis como consecuencia de una transfusión. Esto ahora está absolutamente garantizado, pero como se ha demostrado que, como consecuencia de la afectación inmunológica del paciente, aquel paciente que es transfundido pasa más días ingresado en el hospital, pasa más días en intensivos, está más días conectado a ventilación mecánica, hace infecciones hospitalarias con más facilidad y tiene más índice y posibilidades de fallecer.
– Entonces, ¿qué ventajas o beneficios aporta la puesta en práctica de la cirugía sin sangre?
-Es un beneficio directo sobre el paciente; podemos ofrecerle mejores resultados en su proceso, podemos ofrecerle menor incidencia de complicaciones, mayor recuperación, más rapidez en la reincorporación a su vida...
–En Teknon ya llevan desde 2011 con esta práctica y son ya cerca 2.500 cirugías las realizadas con esta estrategia. ¿Qué conclusiones sacan a partir de esta experiencia?
–A nuestros pacientes conseguimos intervenirlos con absoluta seguridad y garantía, tenemos un índice de complicaciones menor al expresado en otros grupos, tenemos un índice de mortalidad menor y el nivel de satisfacción percibida por el paciente es mucho más elevado.
–¿Para qué tipo de intervenciones es adecuada la cirugía sin sangre?
-Es adecuada para todo tipo de intervenciones quirúrgicas, pero es evidente que muestra mucho más su eficacia y validez en aquel tipo de cirugías que van asociadas a un sangrado quirúrgico importante y que, por lo tanto, pueden ser tributarias o susceptibles de necesitar una transfusión de sangre. En este aspecto cabría mencionar la cirugía cardíaca, la cirugía ortopédica mayor, la de la columna vertebral, cirugía oncológica y la cirugía abdominal.
–¿El paciente ha de cumplir algunas condiciones o requisitos mínimos para poder ser intervenido con esta estrategia?
–No, todos los pacientes son candidatos a incorporarse a este tipo de programa
–Y los profesionales de la medicina, los que intervienen durante el proceso quirúrgico, ¿se ha de preparar y formar de manera concreta y específica?
–La incorporación de un programa complejo como es el de Medicina y cirugía sin sangre requiere una capacitación. Por lo tanto, desde que montamos la Unidad de Medicina y Cirugía sin Sangre se han hecho, en este sentido, tres grandes estrategias: la formación del personal en la utilización de todos los medios técnicos que van inherentes a esto; la segunda fue la realización de unas jornadas de Medicina y Cirugía sin Sangre destinadas a la formación y complementación de los conocimientos de los profesionales; y el tercero fue la creación del primer y único programa universitario de postgrado en Medicina y Cirugía sin Sangre.
–¿Cualquier centro médico puede realizar esta cirugía sin sangre?
-No, porque requiere un montaje y una infraestructura muy especial y concreta. Hay que establecer un programa muy riguroso de preparación del paciente, de cuidado intraoperatorio e intraquirúrgico, así como de postoperatorio, requiere el soporte específico directo de la dirección del centro, la implicación de todos los especialistas que forman parte del proceso asistencial del paciente... y esto es lo que hace más complicada la implementación de programas de cirugía sin sangre y el hecho de que haya tan pocas unidades que funcionen a este nivel. De hecho, en España solo hay una unidad, ésta, de la Teknon.
–¿A qué nivel se encuentra España respecto a Europa en cuanto a cirugía sin sangre?
–A un nivel parecido. Por ejemplo, si tomamos como elemento de valoración cuál es la cantidad de unidades de sangre que se utiliza por cada mil habitantes, diríamos que España estaría a un nivel medio: Holanda consume 27 unidades al año, España consume 30 y Alemania 58.
–¿Hay investigación en este ámbito y hacia dónde va?
–Hay muchísima evidencia científica. Cada vez hay más conocimiento sobre los efectos adversos de la transfusión de sangre y sobre sus alternativas. La investigación va sobre todo en el sentido de la corrección de la anemia y la recuperación de los glóbulos rojos. Sobre la sangre artificial, ni hay ni probablemente va a haber nunca
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