Barcelona

Picasso en bronce

Sale a subasta una versión del celebérrimo retrato que Pablo Gargallo hizo de su amigo pintor en 1913

Una imagen de Pablo Gargallo posando con su retrato de Pablo Picasso, uno de sus mejores amigos en París y a quien conoció en Els Quatre Gats.
Una imagen de Pablo Gargallo posando con su retrato de Pablo Picasso, uno de sus mejores amigos en París y a quien conoció en Els Quatre Gats.larazon

Sale a subasta una versión del celebérrimo retrato que Pablo Gargallo hizo de su amigo pintor en 1913

Pablo Gargallo tuvo una buena amistad con Pablo Picasso hasta el punto que le dedicó algunos retratos escultóricos. Uno de ellos es un relieve que en la actualidad todavía puede verse en su emplazamiento original: la fachada del Bosque Multicines. Allí aparecen reproducidas las cabezas de Picasso, además de las de Nonell, Reventós y el mismísimo Gargallo. El conjunto, un canto a la amistad entre esos camaradas en forma de máscaras, está fechado en 1907. Seis años después, el escultor realizó otro retrato del artista cubista, uno de los más conocidos. Un ejemplar en bronce de esa cabeza picassiana es la estrella de la próxima subasta organizada por la casa La Suite y que tendrá lugar el próximo 26 de noviembre, teniendo un precio de salida de 63.000 euros.

El bronce toma como punto de partida una versión original en piedra tallada y que actualmente puede verse en la colección permanente del Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac) donde también se guardan las escayolas originales a partir de las cuales se hicieron los citados relieves del Cine Bosque.

La escultura, certificada por Jean Anguera Gargallo, familiar del maestro, es una de las escasas que han acabado en manos privadas. Que se sepa hay dos bronces más expuestos en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el Centro Georges Pompidou de París. Tampoco se puede olvidar otra versión en terracota y que puede verse hoy en el Museo de Céret.

La pieza de La Suite Subastas nos muestra la genialidad de Gargallo para saber plasmar el carácter de Pablo Picasso. Su inconfundible y juvenil mechón, casi una marca de identidad de ese primer Picasso nos oculta uno de los ojos. El genio malagueño aparece con rostro divertido, sonriendo casi como uno de esos sátiros que tanto le gustaban al creador de «Las señoritas de Aviñón». Es muy evidente su relación con el relieve de 1907: coincide misma gestualidad, aunque la dirección del flequillo es diferente.

Gargallo conocía bien a su modelo. La amistad había nacido en la cervecería Els Quatre Gats y se convertirían en íntimos compañeros hasta el fallecimiento del escultor en París. Fue en la capital francesa donde la relación entre los dos se consolidó, a través de numerosos encuentros, tertulias y tiempos de bohemia compartidos mientras Picasso empezaba a convertirse en el principal fenómeno artístico del siglo pasado.

¿Se acabó el papel del pintor como modelo del escultor con las piezas citadas en estas líneas? Hay quien ha visto un probable epílogo a todo esto en otra escultura magistral de Gargallo: «El joven de la margarita», también llamada «El aragonés». Realizada en 1927, es muy probable que se inspirase en los rasgos de su amigo, hasta el punto que se ha titulado «Retrato de Picasso en pie».