Cataluña
Una falsa huelga de hambre para presionar a la CUP
La ANC organiza una huelga de hambre hoy en las Escuelas Pías para presionar a la CUP para que vote a Artur Mas. Poner velas en la plaza Sant Jaume o una procesión de antorchas nocturnas, otras ocurrencias para evitar nuevas elecciones. La tensión por la división en las filas anarquistas por la investidura aumenta días antes de la votación definitiva
La ANC organiza una huelga de hambre hoy en las Escuelas Pías para presionar a la CUP para que vote a Artur Mas. Poner velas en la plaza Sant Jaume o una procesión de antorchas nocturnas, otras ocurrencias para evitar nuevas elecciones
A la CUP se le agota el tiempo para decidir entre Mas o marzo. Y a Artur Mas, el plazo para ser investido. Tras la esperpéntica jornada de votaciones que acabó en tablas –1.515 partidarios de investir a Mas contra 1.515 detractores–, la CUP prorrogó una semana el desenlace del serial que vive la política catalana desde que el 27-S la candidatura de Junts pel Sí ganó las elecciones autonómicas con 62 escaños de los 135 en juego, uno menos del que suma el bloque no soberanista. Pese a la victoria de la lista de Mas, ese día, en el Centro Cultural del Born, donde JxSí eligió pasar la noche electoral, no se descorcharon botellas de cava. La investidura de Mas quedaba en manos de la CUP, que en campaña había prometido a sus electores que no harían presidente al convergente. Se abría entonces una tensa e intensa negociación entre JxSí y la CUP, que ha agotado todos los plazos imaginables.
Mañana, seis días antes de que se agote el tiempo para investir al presidente de la Generalitat, el consejo político de la CUP –formado por una sesentena de representantes territoriales, los 15 miembros del secretariado y los diez diputados del Parlament– deberán decidir entre dos alternativas: o Mas o nuevas elecciones.
La primera opción, el sí a Mas, se traduce en que el día del pleno ocho diputados de la CUP se abstengan en la investidura y otros dos voten a favor. Cuando empezaron las negociaciones entre JxSí y los anticapitalistas, allá en octubre, el convergente Jordi Turull puso ya esta fórmula sobre la mesa con unas instrucciones que permitían «burlar» la promesa electoral de la CUP de no perpetuar a Mas al frente de la Generalitat. Proponía que Antonio Baños y Julià de Jòdar, los dos diputados del grupo parlamentario de la CUP que no tienen carné del partido, cedieran sus votos a Mas y los ocho restantes se abstuvieran. Pero la CUP no compró esta fórmula. La segunda opción pasa por trasladar el empate de la asamblea del pasado domingo en Sabadell al pleno; esto es, que cinco diputados voten a favor y cinco en contra, o bien que los diez se abstengan. En cualquier caso, el resultado es el mismo: Mas no sería investido y Cataluña se enfrentaría a sus cuartas elecciones en apenas cinco años. Porque, tal y como reiteró Mas en el discurso de Fin de Año, diez diputados de la CUP no van a cambiar al candidato de JxSí a la Presidencia, que volvió a recordar que avalaron 1.620.973 ciudadanos con sus votos, frente a los 336.375 que optaron por la CUP.
La presión a los antisistema –que en las redes sociales los anticapitalistas llaman «PressingCup»– llega a «performances» estrafalarias como el ayuno que un grupo de la ANC, la facción civil de Junts pel Sí, organizará hoy para forzar a los dirigentes de la CUP a que mañana voten a favor de Mas.
El día «detox» que viene de perlas tras los excesos de las fiestas de Navidad y Fin de Año empezará hoy al mediodía y terminará a la misma hora del domingo y se hará en un colegio del centro de Barcelona de los padres Escolapios. La convocatoria, que llama a sumarse a los ciudadanos a través de Twitter, Facebook o Whatsapp, la firman, entre otros, Daniela Grau, activista de la llamada Cataluña Norte (el sur de Francia) o el historiador Víctor Cucurull, conocido por buscar el origen catalán de personajes históricos como Cristóbal Colón o Santa Teresa de Jesús. Por ahora, la dirección se ha desmarcado. Además de la breve huelga de hambre, podrían hacerse otras acciones como poner velas en la plaza Sant Jaume u organizar una procesión de antorchas nocturnas, con el objetivo de presionar a la CUP para que respeten la voluntad de los votantes de la CUP.
Otra manera indirecta de forzar el sí de la CUP a la investidura de Mas ha sido la dimisión del Secretariado nacional de la CUP de Xavier Monge, candidato a la alcaldía de Barcelona en 2011, por proclamar en Twitter que «el proceso catalán es el mayor fraude de la política catalana». La CUP está dividida entre quienes priorizan la ruptura independentista por la vía rápida de investir a Mas y los que optan por ensanchar las bases de un independentismo de izquierdas a medio plazo.
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