Sara Baras: «La maternidad me ha dado más fuerzas»

Sara Baras ha sido Juana la Loca, Carmen, Mariana Pineda, y ahora es la Pepa, mujer gaditana, como ella, y la inspiración de todo un pueblo, que no es otra que la Constitución de 1812

Sara Baras ha sido Juana la Loca, Carmen, Mariana Pineda, y ahora es la Pepa, mujer gaditana, como ella, y la inspiración de todo un pueblo, que no es otra que la Constitución de 1812. En su bicentenario, el Ayuntamiento de Cádiz le encargó hacer un espectáculo y el resultado es «La Pepa», un viaje a través del flamenco que se presenta en el Teatre Tívoli del 7 al 31 de marzo.

– ¿Cómo se baila una Constitución?

– Esa fue la primera pregunta que nos hicimos. Lo primero que hicimos fue leerla y al ver todos los extraordinarios detalles que la rodearon encontramos la clave, convertir a la Pepa en un personaje alegórico, en la voz del pueblo en forma de mujer. Además, pudimos mostrar la extraordinaria tierra que es Cádiz, que fue la cuna de la libertad y un lugar de una belleza mágica.

– La obra arranca con la guerra contra los franceses.

– Empezamos con la oscuridad de un momento terrible y como, aún así, la gente todavía conservaba un punto de alegría y esperanza, que con la aparición de la Pepa todavía cogerá más fuerza. La belleza de la tierra, la luz, el carácter de aquí se hacen todavía más grandes.

– Como gaditana, debe haber sido muy emocionante viajar al pasado de su tierra.

– Te das cuenta de que eres parte de todo esto, un pequeño granito. Fuimos a visitar dónde se realizaron las reuniones de las cortes y resultó ser el colegio de Marías donde yo había estudiado. Cada esquina parece que esconde una parte increíble de nuestra historia.

– ¿Cómo consiguió meterse en la piel de una Constitución?

– Parece que su carácter simbólico, todo el sentimiento que encierra se te contagia. Al principio teníamos miedo de que los que no fuesen de aquí se perdiese un poco, pero la respuesta ha sido estupenda. En ese tiempo, las mujeres no pintaban nada, pero fue un nombre de una mujer quien levantó a un pueblo. Sólo con ese nombre se encierra toda la fuerza de la mujer a lo largo de la historia.

– ¿Esto es lo que hermana este espectáculo con otros suyos como «Carmen», «Mariana Pineda» o «Juana la Loca»?

– Hacer esos montajes me ha ayudado mucho para poder meterme en la piel de la Pepa. Hay la ternura, la fuerza y el amor de Carmen, o esa necesidad de libertad, de anteponer los sentimientos a todo de Juana la Loca. Todas son mujeres fuertes que luchan hasta el final, pero este es un montaje diferente en otros muchos sentidos.

– ¿Esa lucha contra la adversidad sin perder nunca la esperanza relaciona la España de 1812 a la de 2013?

– Humildemente, yo ahora no podría decir a nadie que lo esté pasando realmente mal, que lo que tiene que hacer es ser positivo y alegre a pesar de todo, porque me parecería frívolo. Pero sí hay similitudes entre aquel entonces y ahora. En momentos tan desagradables, aquellas personas consiguieron mantener la esperanza, las ganas de lucha y consiguieron cosas extraordinarias.

– ¿El teatro puede ayudar a dar esperanza a la gente?

– Vivimos un momento feo y raro. Se agradece entrar en un teatro y salir revitalizado, conseguir olvidarte de todo durante dos horas, dejarte llevar y experimentar un sentimiento positivo y poderoso. La danza sólo intenta transmitir el respeto, la energía, el trabajo, la magia de la cultura.

– Regresa a los escenarios tras el parón de la maternidad. ¿Qué ha cambiado?

– Al principio, tenía miedo porque me fui muy arriba y no sabía cómo podría volver. No conocía otra cosa que no fuese el baile, pero la sorpresa fue que mi hijo me ha dado más ganas e ilusión de trabajar. La maternidad es mucho mejor de lo que esperaba, cambia tu escala de valores y te obliga a guiarte por el corazón.

– ¿Su hijo ya baila?

– Sí, tiene año y medio y no para de moverse, lo lleva en la sangre. Nos acompaña siempre y al estar rodeado de música, le encanta.

– ¿Prepara nuevo espectáculo?

– Cuando tuve al niño, tenía muy claro que quería estar muy cerca de él. Esto hace que tu tiempo no sea como antes, que si le dedicaban un cien por cien a la danza, ahora sea la mitad, pero ya estamos pensando en cosas y dándole vueltas.

– ¿Y qué le queda por hacer?

– Ahora, mi principal motivación es dedicarme a proyectos solidarios. Quiero meterme más de lleno en estos temas. Acabo de participar en una iniciativa en favor de los niños desfavorecidos de la Fundación La Caixa y he visto lo que quiero.