Cine
Un cine para viajar más allá de las estrellas
Arranca una nueva edición del ciclo «Gandules» en el CCCB con una apuesta por el cine inspirado por las teorías cuánticas, de los universos paralelos a los viajes al tiempo
Arranca una nueva edición del ciclo «Gandules» en el CCCB con una apuesta por el cine inspirado por las teorías cuánticas, de los universos paralelos a los viajes al tiempo
Jordi Costa fue una vez al cine y de pronto vio en la pantalla un cine que le miraba a él, y encima expectante, como esperando que hiciese de una vez algo para entretenerlo. «¡Tú que miras!», exclamó Costa confundido y el cine se rio. En realidad sólo se oyó una carcajada y cómo la imagen del cine empezaba a rebotar arriba y abajo, lo que hacía parecer que el cine se estuviese riendo, pero ya se sabe, era difícil saberlo... hasta ese día los cines no se reían. Y éste no parecía tener mucho sentido del humor.
A partir de aquel día ese cine hizo muchas otras cosas, como escribir una crítica horrible de la película que acababa de ver, en la que Jordi Costa miraba confundido una pantalla y no le gustaba la risa que oía. Por muy paradójico que pueda parecer, estaba claro que ese cine no tenía ni idea de cine y perdió el premio al mejor crítico con una coliflor que le puso ocho estrellas a «Muerte en una cocina». Ngûgî Thiong’O leyó la crítica en Kenia y pensó en cazar un antílope, así de mala era. Jordi Costa nunca había cazado un antílope, pero era una película de primera clase.
El mundo puede ser un lugar extraño, pero siempre lo puede ser todavía más. Esta es la única arma del ser humano para sobrellevar esta lúgubre realidad, hacer del mundo un lugar todavía, todavía, todavía más extraño e inaprensible. Ese es el papel de la fantasía, decirle a la realidad «¡imbécil!» e imaginar mil mundo peores sin pestañear. Y encima ahora, con la popularización de las ideas más barrocas de la física especulativa, hasta las historias más rocambolescas e imposibles tiene un refuerzo teórico científico.
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) inicia esta noche su tradicional ciclo de cine de verano «Gandules» y lo hace apostando por películas que, apoyadas por ideas de las teorías cuánticas, presentan universos paralelos, viajes en el tiempo, desdoblamientos de personalidad y demás jabba jabba metarealistas. El crítico y Jordi Costa comisaría la cita y programa diez título que seguro pondrán la piel de gallina a los curiosos que se acerquen a verlas y encima les harán dar vueltas a la cabeza sobre su posibilidad. Y es que la teoría cuántica es el nuevo Charlot o el nuevo Snoopy.
El ciclo arranca esta noche con la reciente «High life», de Claire Denis. Protagonizada por Juliette Binoche y Robert Pattinson, la película narra el viaje espacial de unos reos que conmutan su pena por acetar participar en una expedición a un agujero negro y ver lo que ocurre. A partir de aquí, todo será posible. Empezamos con fuerza, sin duda. La primera semana continuará con el imprescindible David Lynch y su «Twin Peaks: Fuego camina conmigo» y «Ayudar al ojo humano», de los españoles Velasco Broca, Jilán Génisson y Lorena Iglesias.
A partir de aquí, cada martes, miércoles y jueves hasta el 22 de agosto habrá nueva película. De esta forma podremos ver los filmes «El tío Boonme recuerda sus vidas pasadas», del tailandés Apichatpong Weerasethakul; «Symbol», del japonés Hitoshi Matsumoto; «Mind Game», de Maasaki Yuasa y Koji Morimoto; «Fish and cat», del iraniano Shahram Mkri; «Donnie Darko», película de culto de Richard Kelly; y un final de fiesta espectacular con el programa doble formado por «Je t’aime je t’aime», de Alain Resnais y el cortometraje «La jetée», de Chris Marker.
Vuelve el autocine
El mundo es definitivamente un lugar extraño y el cine dos lugares extraños. Las noches de este agosto serán para viajar mucho más allá de las estrellas. Recostados en sus tradiconales tumbonas, ver cine en el CCCB es todo un viaje. Pero eso es lo que tiene el séptimo arte, que se puede ver de todas las maneras posibles. Incluso ayer se anunció la próxima apertura de un autocine en Barcelona. Volvemos a los 50. El mundo son tres lugares extraños.
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