Gastronomía
Un restaurante de gastronomía de nivel, pero con la apariencia de una bar de barrio
El SantaBel apuesta por ofrecer una cocina de mercado de calidad, elaborada, en la que el producto es protagonista, y todo ello en un ambiente informal
En apariencia, el restaurante SantaBel puede parecer a simple vista el típico bar de barrio, en el que se sirven menús de mediodía decentes y a muy buen precio, pero tras ese estética informal elestablecimiento esconde una cocina muy trabajada, cuidada y elaborada.
En apariencia, el restaurante SantaBel puede parecer a simple vista el típico bar de barrio, en el que se sirven menús de mediodía decentes y a muy buen precio, pero tras ese estética informal el establecimiento esconde una cocina muy trabajada, cuidada y elaborada, creada a partir de un producto de muy buena calidad y una técnica depurada.
«Hacemos una cocina mediterránea de mercado, con algunas recetas tradicionales, como las albóndigas y el rabo de toro, y otras más elaboradas, como el croissant con foie y salsa de frutos rojos», señala su propietario, Héctor Valderrábano, quien sin embargo apunta que lo más significativo de la cocina del SantaBel es que «la oferta se adapta en lo posible al cliente». «Como en la cocina no hay nada que esté elaborado previamente, nuestros platos se pueden adaptar prefectamente a la demanda y los gustos del comensal», añade el dueño, y es que en este restaurante la premisa es que «el cliente no venga a llenar el estómago, sino a disfrutar de la comida».
Así pues, en la carta del SantaBel, pensada para compratir y poder degustar varios platos en una sola comida, figuran propuestas como el huevo poché con patatas y gulas, el pulpo a la brasa con puré ahumado y salsa de mojo picón, los arroces, el chuletón de vaca gallega madurado 40 días, el guiso del día o el bacalao a la donostiarra, platos todos ellos elaborados a partir de productos de máxima calidad, frescos. En esta línea de dar gran protagonismo a la materia prima, el restaurante ofrece semanalmente una lista de sugerencias al margen de la carta para poder así jugar con el producto de mercado.
Además, a mediodía, el restaurante ofrece a sus comensales la posibilidad de optar por un menú el cual consta de cuatro primeros, cuatro segundos y postre a escoger, con bebida incluida, por 12 euros. Se trata de una menú de calidad, elaborado con los mismos productos que se utilizan en la carta, el cual además plantea la opción a sus clientes de optar por platos con un plus de calidad solo pagando un suplemento, como el micuit con tostaditas o el entrecot, que solo suponen un incremento en el precio del emnú de dos y cuatro euros, respectivamente.
En cuanto a la estética del establecimiento, se trata de una espacio de dimensiones reducidas y con aire informal. Su pared de obra vista, las mesas altas con tabutere de la entrada, otras bajas dispuestas a lo largo de un banco..., aunque es importante destacar que por la noche el local adquiere un aire diferente al diurno, algo más elegante, ya que las mesas se visten con manteles, se modifica la distribución de las mesas, se baja la intensidad de la luz. Así pues, tal y como admite Manuela Vanatoru, propietaria junto a su marido Héctor, «nuestro cliente suele venir recomendado, porque el SantaBel parece un bar y la gente no espera que nuestra cocina sea de este nivel». Por su parte, él indica que el principal valor añadido de este restaurante es «ofrecer una cocina de calidad, con un excelente producto, en un ambiente informal y a un precio muy razonable», mucho más económico que en otros restaurante de similar cocina. Sin olvidar el trato familiar que Héctor y Manuela ofrecen a sus clientes.
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