Gastronomía
Una apuesta por actualizar las recetas catalanas
El restaurante Windsor ofrece una cocina tradicional actualizada, en la que el producto fresco manda, y un servicio de primera
Son ya 20 años haciendo honor a la cocina tradicional catalana y el restaurante Windsor celebra este aniversario con un aire renovado, contemporáneo, pero sin perder la esencia de sus raíces. «Durante estos 20 años hemos desarrollado una idea clara que ha ido madurado con el tiempo», señala su propietario Joan Junyent, quien comenta que el establecimiento «quiere ser una referente, por lo que en él te encuentras siempre las mismas directrices».
Y esas directrices se centran principalmente en los fogones y el servicio. «La del Windsor es una cocina de producto y catalana, pero puesta al día; recuerda a los sabores tradicionales de la gastronomía catalana, pero presentada de forma más delicada, con puntos de cocción más precisos y una cocina más fresca», explica Junyent, quien, por otra parte pone de relieve que «el servicio prima igual que la cocina». «Éste es un oficio de vocación y nosotros apostamos por una hostelería de escuela, un servicio a la altura del nivel de nuestros clientes».
El producto también cuenta con un papel protagonista en el restaurante Windsor, puesto que desarrolla una cocina de cocción al momento. «Es un producto fresco, principalmente de cercanía sobre todo en lo que se refiere a la huerta, y siempre de temporada, por lo que la oferta se adapta al producto que hay en cada momento y, por lo tanto, la carta se renueva sola», destaca Junyent, una carta que ofrece raciones completas, medias raciones y tapas y que además presenta dos menús degustación -uno de cinco platillos por 45 euros y otro de 8 platillos por 75 euros. «Tenemos una decena de tapas con las que no perdemos la capacidad de entusiasmar al cliente; es un tapeo de alta cocina», comenta el propietario, quien demás apunta que «también hay un menú de mediodía de lunes a sábado por 29,90 euros y los platos del día».
Toda esta oferta gastronómica se complementa con una amplia bodega que «pretende ser un abanico de colores desde el blanco al negro, con todos los tipos de vinos del mundo». Y para poder gestionar eficazmente tantas referencias, el Windsor ha apostado por una carta de vinos digital, que facilita la consulta y elección.
En cuanto a lo que se refiere al espacio, este restaurante cuenta con un amplio vestíbulo, con plantas, un sofá y música y una barra que da acceso al comedor, el cual conserva las particularidades de máxima elegancia del espacio original, como los techos de 4 metros de altura con molduras, las lámparas de araña o las columnas, pero actualizadas con, por ejemplo, paredes de estuco gris o una colección de arte moderno transgresor en sus paredes. «Es una restaurante modernizado ubicado en un piso de una finca regia y elegante del Eixample barcelonés», destaca Junyent, quien además señala que el restaurante cuenta con varios salones privados y una privilegiada terraza. «Es como un oasis, un espacio tranquilo, acústicamente protegido y con mucha vegetación» que además está abierto todo el año puesto que cuenta con un techo y velas mecanizadas, calefacción y ventiladores.
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