Cataluña
Vall d’Hebron lanza un plan para eliminar errores en la quimioterapia
El conseller de Salud asegura que el proyecto Optimus mejorará la calidad de vida de los pacientes y, además, optimizará los recursos sanitarios
El conseller de Salud asegura que el proyecto Optimus mejorará la calidad de vida de los pacientes y, además, optimizará los recursos sanitarios
En Cataluña se diagnostican al año una media de 33.715 nuevos casos de cáncer y, siempre según cálculos del Departamento de Salud, un porcentaje que se incrementará un 32% en 2020, un situación a la que el sistema de salud catalán debe hacer frente con recursos muy limitados. Por ello, en los últimos años se está apostando por una optimización y aumento de la eficiencia de los recursos sanitarios, una apuesta que lidera el proyecto Óptimus. Se trata de un proyecto pionero, que por ahora sólo se ha llevado a cabo en Cataluña en el Hospital Vall d’Hebron, que evalúa el beneficio que aporta el diseño de acciones dirigidas a optimizar la calidad asistencial de los servicios de oncología y hematología y que se focaliza en cuatro áreas de acción como la de reforzar el sistema de gestión y trazabilidad en la preparación y administración de medicamentos antineoplásticos.
Y es que como señaló ayer durante la presentación del proyecto Óptimus el doctor Josep Tabernero, jefe del Servicio de Oncología de Vall d’Hebron, «el margen de diferencia entre la dosis terapéutica y la dosis tóxica de este tipo de medicación es mucho más pequeño que el del resto de medicamentos», por lo que es esencial establecer medidas de control del proceso para incrementar la seguridad y la calidad con el fin de evitar errores en la preparación de la quimioterapia. «Un 10% de las adminsitraciones pueden tener errores, pero para reducir esta variabilidad se ha monitorizado todo el proceso», explica Tabernero, quien señala que «se ha conseguido que el 99,5% de las preparaciones no tengan error automáticamente.
La segunda área de actuación es la relativa a la especialización de la práctica de enfermería, cuyos profesionales han asumido otras tareas más allá de la administración de medicamentos, como la colocación de los cateters periféricos, a la vez que ofrecen al paciente un mayor apoyo psicológico. Asimismo, mediante este proyecto pionero se ha actuado también en el área de la activiación de canales alternativos de asistencia para resolver dudas y atender situaciones de baja complejidad, para evitar así el colapso de las urgencias y garantizar que los pacientes reciban la atención requerida. Con este fin, en 2012 Vall d’Hebron puso en marcha una consulta de atención inmediata (CAI) destinada a atender a paciente urgentes pero de baja complejidad. Así, en los últimos tres años se ha reducido el número de pacientes oncológicos en urgencias, que ahora son un tercio, mientras que otro tercio acude al CAI y el tercio restante, al Centro de Atención Primaria.
Por último y como cuarta iniciativa del proyecto, se han introducido nuevas vías de administración de fármacos como son la oral y la subcutánea, como alternativa a la intravenosa, de manera que se requiere menos tiempo para la adminstración de estos medicamentos –supone para el paciente un ahorro de uns 2 horas de estancia en el hospital– y, por lo tanto, una optimización de los recursos hospitalarios.
En este contexto, ayer, el conseller de Salud, Boi Ruiz, señalaba que el Òptimus «responde a las políticas del Departamento de mejorar la esperanza y calidad de vida de los pacientes, optimizando a la vez los recursos». «El modelo de referencia es el de la Vall d’Hebron y como tal se ha de extender a todo el sistema sanitario», indicó Ruiz, que pretende expandir el plan.
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