Con el casco en el bolso

Tres jóvenes ingenieros valencianos, dos años de trabajo y una idea. «Closca» - «caparazón» en valenciano- es el nombre bajo el que se esconde una nueva «start up», primera empresa española que diseña un casco plegable para bicicletas. El proyecto nace al margen de la aprobación o no del nuevo Reglamento General de Circulación que prevé establecer como obligatorio el uso de estas protecciones. «Nos preocupa la seguridad del ciclista más allá de las leyes y prohibiciones».

Carlos Ferrando es la cabeza visible de este trío de emprendedores que ha invertido «mucho dinero» y no menos esfuerzo en llevar a cabo un proyecto que esperan se instale en las principales ciudades del país, empezando por Valencia. De hecho, sus promotores ya han mantenido conversaciones con los responsables de JC Decaux, empresa propietaria de Valenbisi, para ver las posibilidades de que sus cascos formen parte del servicio de alquiler de bicicletas. Los franceses estudian aún el plan, pero al parecer se muestran más que receptivos. Y es que sólo dos empresas en el mundo, una coreana y otra gala, comercializan actualmente un sistema parecido.

Sin embargo, el valenciano cuesta la mitad -el precio final prefieren mantenerlo por ahora en secreto- pesa un cincuenta por ciento menos y su tamaño original se reduce un setenta por ciento hasta formar el volumen de un libro en un solo movimiento.

Con estas cartas de presentación comenzará a comercializarse a partir de mayo. Inicialmente serán de talla mediana, aunque en los meses siguientes se fabricarán en tamaño pequeño y grande, así como el modelo para niños.

Y es que el Ayuntamiento de Valencia estudia la posibilidad de hacer obligatorio el uso de casco para los niños en vías urbanas, independientemente de si la Dirección General de Tráfico (DGT) se pronuncia a favor o en contra.

La estética y la identificación con un estilo de vida son otros pilares del proyecto «Closca», porque la seguridad no está reñida con la moda. Por ello, la oferta incluye la posibilidad de decorar el casco con distintas fundas. Habrá seis básicas, que se irán ampliando también con las propuestas de los clientes, entre los que se sorteará cada cuatro o cinco meses una bicicleta de alta gama como premio al mejor diseño de forro.

Mitad de peso, un tercio de su tamaño e igual de seguro

Sus creadores han tardado año y medio en obtener la homologación. Prueba tras prueba hasta dar con el mejor diseño y el nivel de seguridad que requieren las normas vigentes. El resultado es un casco plegable fabricado con un polipropileno expandido (EPP) «especial». Un corcho que les ha permitido reducir el peso a la mitad y que posibilita que se pueda plegar hasta adoptar apenas un tercio de su tamaño original. Ello, a su vez, hace mucho más fácil su transporte. «Ocupa como un libro. Lo puedes llevar en el bolso o la mochila».