Sevilla

Dejar el grupo parlamentario conlleva la baja en el PP

Alfonso Rus, eufórico por provocar la solución, rompió el hielo saludando a Blasco en su nuevo escaño, en el lado opuesto a la bancada popular
Alfonso Rus, eufórico por provocar la solución, rompió el hielo saludando a Blasco en su nuevo escaño, en el lado opuesto a la bancada popularlarazon

Según los Estatutos del Partido Popular, la salida de un grupo parlamentario conllevaría la inmediata pérdida de la militancia. Así lo dice el artículo 9 en su punto primero, letra i, donde al hilo de las causas para la pérdida de la condición de afiliado, incluye el «pasar a formar parte de otro grupo institucional o de carácter representativo distinto a los del Partido Popular, cualquiera que fuera su ámbito».

Es decir, que aún en el caso poco probable de que el Comité Nacional de Garantías aceptara el seguro recurso de Blasco a su expulsión cautelar, y la revocara, habría otro motivo, este claramente tipificado en los Estatutos, para causar baja en el partido.

Además, para más inri, estas normas fueron revisadas por última vez en la ponencia de Estatutos del Congreso Nacional del PP celebrado en Sevilla en 2012, y el ponente fue, ni más ni menos, Alberto Fabra.

Según fuentes del Comité de Garantías Regional, la expulsión cautelar de Blasco le fue enviada por correo certificado con acuse de recibo a su domicilio particular. La carta fue franqueada a las 16.08 del pasado lunes.

Blasco reprochó ayer al instructor del expediente, Rubén Ibáñez, el envío a su casa del documento, algo impropio, le dijo, «entre compañeros».

Fuentes del Comité explicaron que el procedimiento fue correcto y que el trámite de audiencia a Blasco se hará cuando se haya finalizado el pliego de cargos, que no es necesario hacerlo previamente a la suspensión cautelar.

Génova ratificó ayer estas medidas cautelares.

Blasco, a su llegada ayer al hemiciclo y antes de ocupar su escaño, dijo a los periodistas que «lo de la entrevista en televisión había sido la excusa» para su expulsión, y que la había vuelto a ver y era «impecable». Añadió que le había emocionado el cariño de sus compañeros y que no quiso forzar una imagen de división en el PP y mostró su deseo de ser noticia a partir de ahora por su trabajo.

El primero en acercarse a saludar a Blasco ayer fue Alfonso Rus, que rompió el hielo. Tras él fueron pasando uno a uno, la gran mayoría del grupo parlamentario. Con Milagrosa Martínez, ex presidenta de Les Corts y también procesada, se fundió en un abrazo.

El propio Rus explicó que la renuncia de Blasco se había gestado ayer en su despacho de la Diputación, al que había acudido Blasco a primera hora de la mañana tras mantener una conversación telefónica la noche anterior.

Rus, que no se quitó méritos al atribuirse esta medida «pacificadora», sí que reconoció que «me enteré de todo por la prensa, y soy el presidente provincial».

Ayer se daba por seguro que Blasco recurriría a los tribunales si el Comité de Garantías no le devolvía su condición de afiliado, en un contencioso administrativo que se dirimiría en el TSJ.