Encadenada hasta que le den la «gran invalidez»

Una mujer afectada por una infección crónica del hueso se encadenó ayer a la valla del Palau de la Generalitat en señal de protesta por el recorte de su pensión de invalidez. Dolors Carrasquilla, de 43 años, pasó de percibir 1.050 euros a menos de 700 cuando se mudó de Cataluña a la Comunitat y el comité médico le rebajó el grado de minusvalía.

«A los ocho meses de llegar a Valencia me hicieron una revisión en un tribunal médico y milagrosamente estaba mejor», ironizó. En esta línea, denunció que la estrategia para disminuir el gasto en estas ayudas es no reconocer la discapacidad real. Su médico, además, está dispuesto a hacer las declaraciones necesarias.

Con dos hijos en paro a su cargo, subrayó que llega a fin de mes con serias dificultades, ya que también ha de pagar su tratamiento. Por ello, permanecerá atada hasta que le ofrezcan una solución. Si no es así, el domingo empezará también una huelga de hambre.

La Conselleria de Bienestar Social, por su parte, indicó que el expediente de Carrasquilla todavía no ha llegado desde Cataluña, aunque les consta que sí solicitó el traslado. Además, recordaron que el grado de invalidez depende del Instituto Nacional de Seguridad Social y no de la Conselleria, la que sí decide el de Dependencia.