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Ford Almussafes, el gigante del automóvil que se aleja de la región
Desde que en octubre la multinacional anunciara ajustes en todas sus plantas europeas, no han dejado de llegar malas noticias para la valenciana
Desde que en octubre la multinacional anunciara ajustes en todas sus plantas europeas, no han dejado de llegar malas noticias para la valenciana
En el año 1976 Ford inauguró su primera planta en España en la localidad valenciana de Almussafes, a pocos kilómetros de Valencia y cerca también de lugares estratégicos del país como el Puerto valenciano. En aquella época los costes laborales de España eran para una multinacional lo que hoy representan los de Europa del Este o América del Sur. Era cuestión de tiempo que la firma americana levara anclas e iniciara las maniobras para trasladar su producción.
El día 9 de octubre, en plena jornada de celebración de la fiesta regional valenciana, la dirección de Ford anunció ajustes en todas sus plantas europeas para hacerlas más rentables y competitivas. Aunque al principio parecía que la fábrica valenciana iba a salvarse, los sindicatos de la planta aseguraron desde el principio que habría también consecuencias. Y estas no se hicieron esperar.
Pronto la fábrica valenciana anunció un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para el mes de marzo que supuso la producción de 10.000 vehículos menos durante el primer trimestre y afectó a unos 6.000 trabajadores dado que afectó a toda la planta.
El segundo golpe se produjo el pasado 21 de marzo, cuando la multinacional del óvalo anunció que a partir de 2021 la producción de la Transit Connect para EEUU se trasladará a México, a su planta de Hermosillo, desde la factoría de Almussafes, que producirá únicamente los vehículos de este modelo para Europa. Además, desde la empresa americana anunciaron que en México también elaborará un nuevo todocaminos eléctrico en 2020 e invertirá 900 millones de dólares en Estados Unidos para fabricar otros vehículos eléctricos.
Esta importante decisión implica que la planta de Ford en Almussafes, que actualmente produce este vehículo en exclusiva para todo el mundo, perderá la fabricación de 40.000 unidades de la furgoneta y de unos 400 puestos de trabajo en la fábrica, según los sindicatos UGT y CCOO. Aunque la exclusividad que tiene de su fabricación para Europa la mantendrá, por lo que la planta valenciana seguirá produciendo 70.000 unidades.
Los ajustes empiezan a pasar factura en Ford Almussafes. La planta valenciana de la compañía del óvalo terminó el año pasado con la producción de 36.599 unidades menos que en 2017 hasta los 380.403.
Mientras tanto, en medio de toda esta incertidumbre sobre el futuro de la planta, la semana pasada los sindicatos firmaron un nuevo convenio laboral con la empresa, que tendrá tres años de duración, prolongándose hasta el 2021. En él se establecen subidas salariales vinculadas al IPC y retroactivas al 1 de enero de cada año.
Ford se compromete a realizar un Plan de Rejuvenecimiento y Empleo promoviendo la Jubilación Parcial al 80 por ciento con la contratación indefinida de relevistas al 20 por ciento, en línea con las medidas que ya estaban en vigor.
Tranquilidad en el Consell
A pesar de las malas noticias que siguen llegando para la planta de Ford en Almussafes, con el traslado de la producción de la Transit Connect para EEUU a México, desde la Generalitat valenciana siguen pidiendo «cautela» puesto que «no hay señales de alarma adicionales».
La secretaria autonómica de Economía Sostenible, Sectores Productivos y Comercio, Blanca Marín, recuerda además que faltan dos años para que entre en vigor la medida -Almussafes seguirá fabricando estos vehículos hasta 2021- por lo que «hay margen» para lograr captar otros modelos.
Marín considera que, por ahora, no hay indicadores de que se vaya a perder más producción y, por ejemplo, las inversiones para el Kuga, siguen con normalidad. Subraya además que la situación de Almussafes, «la planta de Ford más competitiva y con un Comité de Empresa responsable», no es tan preocupante como las de otras fábricas europeas de la marca que han sufrido medidas mucho más drásticas.
La comunicación con la empresa, asegura, es constante y fluida. «Se nos ha trasladado la decisión que se tomó desde EEUU». En cuanto a si existe algún plan para los cerca de 400 trabajadores que se calcula que podrían verse afectados por la bajada de producción, Marín indica que «se estudiará la posibilidad de buscar alternativas, formación complementaria o planes de empleo», aunque recuerda que hasta ahora las decisiones en otras plantas están siendo bajas incentivadas o prejubilaciones.
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