Valencia

La crisis se alarga y convierte a los abuelos en «pobres colaterales»

«Hoy en día tener trabajo ya no garantiza que una familia pueda salir adelante», según Cáritas

Dos personas sin hogar duermen en un cajero de la ciudad de Valencia
Dos personas sin hogar duermen en un cajero de la ciudad de Valencialarazon

«Hoy en día tener trabajo ya no garantiza que una familia pueda salir adelante», según Cáritas

Pese a lo que celebran desde el Gobierno y a pesar de que los indicadores macroeconómicos muestran una leve recuperación, los niveles de precariedad siguen siendo muy elevados en la Comunitat Valenciana, que se encuentra por encima de la media estatal en todos los indicadores de pobreza y exclusión (la tasa de riesgo de pobreza en esta autonomía es del 24,4 por ciento frente a la media nacional del 22,3).

Una década de crisis económica y una tasa de desempleo que ronda el veinte por ciento ha hecho mella en el bolsillo de los valencianos, que en demasiados casos se han visto obligados a recurrir a la ayuda familiar. «Pero ese colchón también se ha acabado», aseguraba ayer la secretaria general de Cáritas de Valencia, Fani Raga, durante la presentación de la memoria de 2016. Es más, declaró que tanta dependencia económica de los abuelos les ha convertido a estos en «pobres colaterales».

Hoy en día «tener trabajo ya no garantiza que una familia pueda salir adelante», manifestó por su parte el director de la entidad, Ignacio Grande. Advirtió de que actualmente ocho de cada diez niños que viven en hogares con dificultades económicas, las seguirán teniendo en su edad adulta si no se toman medidas.

Trabajadores pobres

Grande alertó de que los sistemas de protección social no son suficientes para atender las necesidades y coincide con Raga en que la precariedad e inestabilidad laboral actuales ha generado el llamado «trabajador pobre», cuyos ingresos apenas le llegan para vivir.

Por ello reclamó la necesidad de «repensar el sistema de protección social» y reformar el modelo socioeconómico que garantice el ejercicio de los derechos para todas las personas.

También instó a la Administración a que dote con presupuesto las nuevas iniciativas legislativas aprobadas, generar un empleo digno que saque a las personas de las zonas de pobreza y vulnerabilidad y que los ciudadanos se comprometan a hacer posible ese cambio social.

En 2016 se beneficiaron de las ayudas de esta entidad 60.068 personas, un 16 por ciento menos que el año anterior, un descenso que atribuyen a la cronificación de la pobreza de las personas atendidas por la institución.

Caritas Diocesana invirtió el pasado año cerca de cinco millones de euros en sus programas de atención social, apoyo a las parroquias y sus proyectos en campañas de emergencia, entre otros aspectos, y contó con el trabajo desinteresado de 6.146 voluntarios, la mitad de ellos en edad laboral.

Las personas que más demandan el apoyo de Cáritas son parejas jóvenes y mujeres solas con hijos y personas solas; se mantiene la mayor presencia de personas de origen español (56 por ciento) y la mayor parte corresponde a mujeres (70 por ciento).