Infraestructuras
La gran incógnita del aeropuerto de Castellón
Son muchas las opciones que se abren ante el futuro incierto de esta infraestructura
Los últimos mensajes lanzados desde la Generalitat valenciana sobre el futuro del aeropuerto de Castellón van en la línea de que se están estudiando diversas ofertas de compra de la infraestructura, y analizando su solvencia.
Los últimos mensajes lanzados desde la Generalitat valenciana sobre el futuro del aeropuerto de Castellón van en la línea de que se están estudiando diversas ofertas de compra de la infraestructura, y analizando su solvencia.
La venta del aeródromo sería la mejor de las opciones para la Comunitat pero, aun así, no es algo tan sencillo. Expertos del mundo de la aeronáutica explicaron que AENA revisará hasta el último detalle antes de certificar la capacitación de la empresa para hacerse cargo de esta infraestructura.
Deben aprobarse las denominadas sendas de aproximación (una especie de mapas aéreos), y sacar a licitación aspectos tan delicados como los bomberos y la seguridad interna y externa. El aspecto más áspero de todos, sin lugar a dudas, es el de los controladores aéreos.
No existen en España precedentes de contratación privada de este servicio, por lo que, en principio, debería encargarse la propia AENA. De esta forma es como se supone que se va a efectuar en el aeropuerto murciano de San Javier, otro ejemplo de aeródromo en manos de una empresa.
Aparte de estos inconvenientes administrativos, que no son poca cosa, otro de los asuntos a estudiar detenidamente es el éxito comercial del aeropuerto de Castellón. Las mismas fuentes recordaban que, en los tiempos que corren, para que una compañía aérea decida trabajar con un aeropuerto, es porque tiene la certeza absoluta de que las rutas van a ser rentables.
«En otros tiempos es posible que se pudieran permitir empezar sin beneficio y esperar a que la demanda fuera aumentando, pero en este momento no». Castellón cuenta además con dos aeropuertos «sombra»: el de Manises, a 75 kilómetros, y el de Barcelona a 280.
Sin embargo, esto podría llegar a convertirse en un punto a favor de la provincia castellonense, puesto que, en el caso de que AENA siguiera incrementando las tasas, podría suceder que para las compañías resultara mucho más económico volar desde Castellón que desde Valencia o Barcelona, por lo que podría llegar a ser incluso un serio competidor.
Pero para ello alguien tiene que comprarlo y ponerlo en marcha. La Conselleria de Economía y la Diputación de Castellón están poniendo todo su empeño en promocionar de forma fabulosa no solo la provincia de Castellón sino toda la Comunitat. Habrá que esperar hasta finales de este mes para saber cuál es la decisión que finalmente adopta la Generalitat valenciana.
Otra de las posibilidades que existe para la infraestructura es funcionar como hangar o desguace de aviones, algo poco probable dada la cercanía de Caudé, donde existen ya unas instalaciones de este tipo. Podría también tener un uso militar, aunque de esta opción nada se ha comentado hasta el momento.
Con respecto a si tiene sentido o no esta infraestructura, las fuentes expertas consultadas recordaron que el índice de aeropuertos por millón de habitantes en España es inferior a la media europea. «En España no sobran aeropuertos, pero probablemente están mal puestos porque ha habido una política un tanto irracional para situarlos». Durante unos años cada provincia quería el suyo, y ningún Gobierno puso impedimentos para ello. El caso más paradigmático de esta explosión sin sentido es el aeródromo de Ciudad Real.
Fue construido a la espera de que se creara un enorme casino denominado Reino Don Quijote y que acudieran jugadores de todo el mundo. El Gobierno de Castilla-La Mancha invirtió 440 millones de euros en el aeropuerto, que pretendía funcionar como «Madrid Sur». Hoy en día estas gigantescas instalaciones permanecen cerradas.
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