Comunitat Valenciana

Los daños en el campo causados por fauna se doblan en dos años

El drama es mayor en los cultivos próximos a las zonas incendiadas este verano

Los conejos pueden efectuar daños en los naranjos que provoquen incluso la muerte del árbol
Los conejos pueden efectuar daños en los naranjos que provoquen incluso la muerte del árbollarazon

Los siniestros en los cultivos valencianos causados por fauna (conejos, jabalíes, patos, muflones, cabras,...) se han multiplicado por dos desde el pasado año 2010. A los abandonos de los campos, que se han incrementado en gran medida debido a la crisis de rentabilidad, hay que añadir como causa durante esta campaña la desertificación que se ha producido en las zonas afectadas por los incendios forestales del pasado verano.

La búsqueda de comida por parte de jabalíes y cabras montesas procedentes de estas áreas quemadas ha generado una superpoblación en sus zonas limítrofes. De hecho, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha constatado un incremento generalizado de los daños a causa de estas especies.

Según la última valoración efectuada por las organizaciones agrarias y las cooperativas, y facilitada por AVA, las pérdidas anuales que vienen registrándose por esta causa superan ya los diez millones de euros. La propia Conselleria de Agricultura admite en su Boletín de Avisos de diciembre que los daños en esta materia han aumentado.

A este problema cabe añadir el hecho de que el seguro que cubre este tipo de perjuicio no está demasiado extendido entre los productores de la Comunitat, puesto que sus actuales condiciones lo hacen poco atractivo para el agricultor. De hecho, para que pueda cobrar el seguro en cuestión de daños por fauna, estos tienen que superar el 20 por ciento de la producción.

Además, mientras las poblaciones silvestres crecen sin ningún tipo de control, las licencias federativas de cazadores han caído un 46 por ciento en la Comunitat durante las últimas dos décadas.

Para AVA la gravedad del problema va a más sin que los miles de agricultores afectados encuentren una respuesta suficientemente eficaz por parte de la Administración, tanto para resarcir las pérdidas económicas como para evitar excesivas repoblaciones de estos animales.

El presidente de la organización, Cristóbal Aguado, afirmó al respecto que los agricultores son «profesionales y no una ONG con vocación de alimentar con sus cosechas a la fauna silvestre».

Esta asociación ha puesto en marcha una campaña que consiste en el reparto de instancias en las que los afectados pueden dejar constancia en sus ayuntamientos de los perjuicios que han sufrido en sus explotaciones por fauna.

Con esta información, los consistorios o los agentes medioambientales o forestales certifican y notifican los daños a la sociedad de cazadores correspondiente, la cual debe actuar para reducir la población de animales.

Si un área recibe numerosos formularios, Medio Ambiente puede declararla zona de emergencia cinegética.