Financiación autonómica
Los diputados y senadores valencianos exigirán en Madrid mejor financiación
Mientras Puig asegura que no se resigna a que el cambio de modelo se posponga a 2017, tal y como propone Pedro Sánchez, Baldoví (Compromís) da por hecho que no se producirá hasta el próximo año
Mientras Puig asegura que no se resigna a que el cambio de modelo se posponga a 2017, tal y como propone Pedro Sánchez, Baldoví (Compromís) da por hecho que no se producirá hasta el próximo año
La fotografía que quedó ayer del Palau de la Generalitat no solo pasará a la historia, sino que servirá para recordar con una sola imagen el compromiso adquirido por todos los diputados y senadores valencianos.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, consiguió reunir a los representantes que los ciudadanos eligieron en las pasadas elecciones para simbolizar que la exigencia de un modelo de financiación justo une a todos los partidos políticos.
PP, PSPV, Ciudadanos, Compromís y Podemos- que aunque acudieron en coalición a las elecciones se presentaron ayer como grupos independientes- coinciden en que los valencianos no tienen acceso a los servicios básicos en las mismas condiciones que el resto de los españoles.
A esta reivindicación se añade la del pago de la deuda histórica. La continúa infrafinanciación ha sido la causante de que la Comuntiat Valenciana deba más de 40.000 millones de euros. Un lastre demasiado pesado para seguir adelante.
Sin embargo, detrás de la declaración de intenciones existe una realidad incierta que hace difícil prever cuándo se producirá un cambio de sistema.
El acuerdo básico de programa que maneja el PSOE relega a 2017 el cambio de modelo de financiación. Ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró que no se da por cerrado el asunto de la fecha y que la exigencia sigue siendo que este problema se resuelva durante este año. Mientras, aludió a la necesidad de poner en marcha mecanismos transitorios, pero no hizo concreción alguna. Al fin y al cabo, «nosotros no marcamos la agenda», tuvo que reconocer.
Mucho menos exigente con los plazos marcados fue el diputado de Compromís, Joan Baldoví. Empezó echando por tierra el trabajo de los anteriores Consells, «si esta reunión se hubiese producido hace 15 años, ahora no tendríamos 40.000 millones de deuda», pero a continuación reveló que Compromís votará a favor de la investidura del socialista Pedro Sánchez siempre que mantenga que el modelo de financiación cambiará el próximo año.
Por su parte, Ángela Ballester (Podemos) aseguró que sus diputados no tendrán problema alguno en cumplir con este compromiso porque está recogido en su programa electoral.
La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, fue la encargada de valorar la reunión, a pesar de que no estuvo presente. Reiteró que los populares siempre apoyarán la reivindicación de una financiación justa, pero advirtió al presidente Puig de que solo con fotografías no se resuelven los problemas. Por este motivo, insistió en debe crear una Comisión de seguimiento.
De momento, Puig tiene previsto celebrar una reunión en Madrid para visualizar este acuerdo y a día de hoy tampoco hay documento alguno suscrito que lo refrende.
El diputado por Valencia de Ciudadanos, Vicente Ten, coincidió con el resto en que el sistema de financiación margina a los valencianos en cuestiones fundamentales como los servicios sociales y reclamó que todas las Comunidades autónomas sean solidarias.
Dos ex presidentes y una ausente
El jefe del Consell, Ximo Puig, consiguió reunir a representantes del Congreso y del Senado de todos los partidos políticos, entre los que se encontraban dos ex presidentes: su antecesor «cronológico», Alberto Fabra y su antecesor de partido, Joan Lerma. El primero no pudo rememorar tiempos pretéritos. Desde el PP se acordó que fuese la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, la que hiciese las valoraciones del encuentro en una rueda de prensa convocada en Les Corts. Pero al segundo sí que se le dejó un papel protagonista. Lerma fue el encargado de atender a los medios de comunicación, a pesar de que el resto de grupos no optó por designar a un senador, sino al cabeza de lista por Valencia. La presencia de ambos no cubrió la ausencia de la senadora Rita Barberá. El hecho de que estuviese claro que no acudiría a la cita no impidió que se le criticara. Lerma dijo que la decisión de dejar el escaño no es solo política, sino personal y remarcó que en el PP no hay nadie legitimado para pedirle responsabilidades.
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