Comunitat Valenciana

Maniobra sibilina

La Razón
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Reconozco el mérito de la maniobra sibilina del conseller de Educación, Vicent Marzà, en materia lingüística. Al menos en lo que se refiere a los niños., la clase más desprotegida en cuanto a capacidad de ser influenciable. Lo saben muy bien las ideologías dictatoriales como la comunista, en la que beben formaciones como Compromís, coalición a la que pertenece el citado conseller. De ahí el acierto de la denuncia del PP.

La reflexión es clara: si el objetivo se centra en que el valenciano sustituya al castellano ¿qué hacer?. Está claro, enseñar sólo esa lengua en la infancia. Si desde corta edad se aprende exclusivamente valenciano, el español irá desapareciendo de la vida cotidiana. ¿Qué hacer si la Ley exige que el 25 por ciento, como mínimo, debe impartirse en castellano. Muy sencillo. «Como ese 25 por ciento ha de contabilizarse respecto a todos los años de la educación, ahora obviamos el castellano y, en unos años, si continuamos en el poder, ya derogaremos la Ley».Imagino que es la reflexión de quienes están protagonizando la inmersión lingüística.

Una vez asegurada la base durante años, el éxito está garantizado. Se ha comprobado en Cataluña y es la meta a alcanzar por parte de Compromís. Una cosa dice a su favor, que desde el primer minuto no han ocultado su proyecto final. Y si ha sido necesario, han ido amoldándose a las exigencias marcadas desde el Gobierno central acordes con la Ley. Siempre existen atajos para flanquearla.

En definitiva, cada vez son más colegios públicos en los que desde la edad infantil se imparte exclusivamente en valenciano. La experiencia muestra que, una vez implantado un sistema, es muy difícil, a veces imposible, modificarlo. Así es la vida.