Inmigración
Niños de 21 países en Casa Caridad
Casi 200 menores ocupan las aulas de los centros de Casa Caridad. Reina la multiculturalidad
Casi 200 menores ocupan las aulas de los centros de Casa Caridad. Reina la multiculturalidad
A los más desfavorecidos, el optimismo económico les llega más tarde, en caso de que lo haga. Pese a que los peores años de la crisis han pasado y comienza una lenta recuperación, son miles los valencianos que ven difícil llegar a fin de mes. Hace un par de meses, la Casa de la Caridad de Valencia hacía balance y revelaba que sigue habiendo muchos españoles, especialmente en edades comprendidas entre 50 y 65 años, que sufren una situación de pobreza crónica derivada de una estancia prolongada sin empleo.
La crudeza de la situación es especialmente visible en las personas extranjeras que llegan, cada vez más, a Valencia coincidiendo con las políticas de externalización y el blindaje de fronteras que han provocado un cambio en los movimientos migratorios.
Ante esta situación, la ONG de los valencianos sigue con su labor de atención, no solo de los adultos, sino de los más pequeños, a los que tratan de evitar el sufrimiento y hacer que vivan una vida lo más normal posible.
Las escuelas de Casa Caridad, recurso único en la Comunitat Valenciana, es una de las principales herramientas de solidaridad de esta entidad. A pesar de los distintos tipos de familia que atiende esta ONG, todas ellas comparten las mismas preocupaciones: ofrecer una educación a sus hijos e hijas en igualdad de condiciones.
Durante el curso escolar 2017/2018 166 niños y niñas ocuparon las aulas de los tres centros educativos, un referente tanto en Valencia como en Torrent en cuanto a la atención a la infancia en riesgo de vulnerabilidad social.
Desde Casa Caridad trabajan con niños y niñas desde edades tempranas para intentar compensar los efectos que las desigualdades de origen cultural, social y económico, tienen el aprendizaje y evolución infantil, así como la detección precoz y atención temprana de necesidades específicas de apoyo educativo.
La apuesta por la educación desde las etapas más tempranas por parte de Casa Caridad se traduce en un trabajo continuado de atención afectivo-social y educativo, proporcionando a los niños y niñas un ambiente normalizado, seguro y enriquecedor y con personal cualificado, al tiempo que ofrece la posibilidad a las familias de conciliar vida laboral y familiar o estar activos en la búsqueda de empleo.
La integración social es otro de los puntos destacados de Casa Caridad. Tal es así que en sus centros educativos acuden niños de 21 nacionalidades diferentes. Encontramos sobre todo menores de España, Nigeria, Marruecos, Rumania, Ecuador, Bolivia y Venezuela, mayoritariamente.
El perfil mayoritario de las familias que atienden en las escuelas es el de familia monoparental y biparental extranjera (en situación regular y en su mayoría procedentes de Nigeria, Marruecos y Bolivia) y española, entre 25 y 36 años, con dos o más hijos a su cargo, que viven en pisos de alquiler (la mayoría con deudas en la mensualidad del alquiler y/o suministros), con estudios primarios y secundarios, desempleados y sin ningún tipo de ingresos o con trabajos temporales y que han conocido el servicio por otras entidades públicas o privadas o por el boca oreja de familiares y conocidos.
Según los últimos datos de los que dispone esta oenegé, en los últimos años han aumentado las familias argelinas, la numerosas, las que han dejado hijos en lugar de origen y los hijos prematuros por precaria situación materna por enfermedad o adicción
En cuanto a las familias biparentales suelen ser de origen español, europeo y africano, mientras que las sudamericanas son más monoparentales.
El verano es sinónimo de vacaciones, también para los más pequeños; también para los que acuden a las escuelas de Casa Caridad. Feliz verano.
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