Toros

Comunitat Valenciana

Tres años de cárcel por desearle la muerte a un niño

El fiscal también pide a los tuiteros que criticaron al pequeño Adrián Hinojosa, enfermo de cáncer, una indemnización conjunta de 9.000 euros por perjuicios y daños morales

El pequeño, que falleció en abril de 2017, era aficionado a los toros. Recibió mensajes en Twitter como: «Que se muera, que se muera ya. Un niño enfermo que quiere curarse para matar a herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir»
El pequeño, que falleció en abril de 2017, era aficionado a los toros. Recibió mensajes en Twitter como: «Que se muera, que se muera ya. Un niño enfermo que quiere curarse para matar a herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir»larazon

El fiscal también pide a los tuiteros que criticaron al pequeño Adrián Hinojosa, enfermo de cáncer, una indemnización conjunta de 9.000 euros por perjuicios y daños morales

El Juzgado de lo Penal número 2 de Valencia juzgará a partir del próximo lunes 16 de septiembre a tres tuiteros que se enfrentan a penas de hasta 3 años por un delito de odio contra un niño aficionado a los toros, fallecido por un cáncer en abril de 2017, a quien desearon la muerte en diversos mensajes en redes sociales.

Según consta en los escritos de acusación de las partes personadas, a los que ha tenido acceso EFE, el fiscal ha calificado los hechos de un supuesto delito contra la integridad moral y pide un año de prisión para cada uno y una indemnización conjunta de 9.000 euros por perjuicios y daños morales.

Los padres del niño, que ejercen la acusación particular, reclaman una pena de 3 años de prisión y una multa de 3.600 euros, además del borrado de los citados mensajes, y una indemnización de 30.000 euros.

La acusación popular, que ejerce la Asociación Nacional Afectados por Internet y las Nuevas Tecnologías (Anfitec) dirige su acusación -provisional- sólo contra dos de los tuiteros -exceptúa a uno que reside en Valencia- a quienes pide tres años de prisión y una multa de 3.600 euros.

Esta acusación ha constatado que se publicaron decenas de mensajes muy similares, si bien no se ha podido averiguar la identidad de quienes los escribieron.

La causa fue abierta por el Juzgado de Instrucción número 5 de Alzira (Valencia) a raíz de los comentarios ofensivos dirigidos en redes sociales al niño Adrián Hinojosa contra tres tuiteros: una mujer de Eibar que reside en Elgoibar (Guipúzcoa), un joven ecuatoriano residente en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) y otro gaditano que reside en Valencia.

La polémica en torno al caso comenzó a raíz de que el niño, de 8 años y enfermo de cáncer, hiciese el paseíllo y saliese a hombros de la plaza de toros de Valencia cuando se celebró un festival benéfico en favor de la Fundación Oncohematología Infantil, en octubre de 2016.

En el auto de apertura de juicio oral el juzgado reclamó a los procesados que depositasen, de forma conjunta y solidaria, 12.000 euros para el aseguramiento de las posibles responsabilidades civiles.

La Fiscalía y la acusación que ejerce la familia del niño dirigen su acción contra los tres tuiteros, mientras que Anfitec únicamente contra dos, por considerar que el mensaje del joven que reside en València entra dentro de los parámetros de la “libertad de crítica”.

Uno de los tuiteros, el residente en Valencia, publicó el siguiente mensaje: “Qué gasto más innecesario se está haciendo con la recuperación de Adrián, el niño este que tiene cáncer y que quiere ser torero y cortar orejas. No lo digo por su vida, que me importa dos cojones, sino porque probablemente esté siendo tratado en la sanidad pública, con mi dinero”.

La encausada publicó: “No voy a ser políticamente correcta. Que se muera, que se muera ya. Un niño enfermo que quiere curarse para matar a herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir. Anda ya. Adrián vas a morir”.

El tercero, residente en Sant Boi, expuso: “Patético es que defendáis a un niño que prefiere matar a un animal, ojalá el Adrián mate a vuestra madre y se muera”.

Todo ello, según el fiscal “a sabiendas de que Adrián era un menor de edad, estaba enfermo de cáncer y era un gran aficionado a los toros, por lo que considera estas palabras como un delito contra la integridad moral.

A diferencia del criterio del fiscal, las acusaciones particulares defienden que estos comentarios constituyen un delito de odio y, además, la familia incluye el de injurias graves.