Valencia
Valencia no podrá cobrar el IBI a la Iglesia pese a aprobarlo en pleno
La Universidad Católica recuerda que solo el Estado puede legislar al respecto y lamenta la «persecución» del tripartito
El pleno del Ayuntamiento de Valencia aprobó ayer modificar las leyes para eliminar las exenciones fiscales de las confesiones religiosas y que paguen el IBI sobre inmuebles destinados a negocios. No obstante, desde la Universidad Católica de Valencia (UCV), una de las entidades potencialmente afectadas, niegan que esto sea posible. Según su vicerrector general, Ricardo García, la modificación de las normas que regulan este asunto corresponden al Gobierno central y no al local. «La competencia para establecer impuestos es nacional. Al Ayuntamiento solo le corresponde el cobro». Recuerda que las entidades sin ánimo de lucro, como la UCV, están protegidas por la Ley de Mecenazgo y exentas de este impuesto, situación de la que también se benefician los casales falleros.
En la moción presentada ayer por el portavoz de València en Comú (marca blanca de Podemos), Jordi Peris, aunque acordada con sus socios de Gobierno, Compromís y PSPV-PSOE, y que rechazaron PP y Ciudadanos, se incluía también pedir al Gobierno que renegocie el Concordato con la Santa Sede.
También planteaba que los reglamentos de honores municipales y protocolos de sus entes públicos se adecúen a la aconfesionalidad del Estado y que en espacios municipales públicos no haya simbología religiosa, salvo en lo que signifique un bien patrimonial e histórico contrastado.
«Desconocen lo que han dicho los tribunales al respecto. El Constitucional defiende que la laicidad es positiva. Pero lo de ellos es laicismo, es decir, persecución». «Tampoco saben de historia o tienen poca memoria», asegura el vicerrector respecto al apartado en el que el tripartito plantea pedir al Congreso y al Gobierno elaborar un protocolo para la organización de actos «in memoriam» de carácter civil promovidos para las autoridades públicas por catástrofes, homenajes, atentados o muerte de personalidades. «Eso ya existe desde 2013», asegura García.
De igual modo, la moción instaba al Ayuntamiento a celebrar actos y conmemoraciones «exclusivamente de carácter civil», a excepción de los que suponen un legado cultural o festivo. «El Ayuntamiento no ha celebrado nunca un acto religioso. Esta es una vieja reivindicación de la izquierda más radical, que entiende la religión como algo peyorativo cuando ahora lo que buscan todos los organismos y gobiernos es hacer de ella, de todas las confesiones, un elemento de cohesión», defiende el vicerrector.
En cuanto a la voluntad de incorporar a Valencia dentro de la Red de Municipios por un Estado laico, a García le sorprende que los socialistas votaran en contra en Tarragona y lo hayan hecho a favor en la capital valenciana.
«Todo esto me parece un atropello disfrazado de modernidad. Ellos quisieran que la religión se practicara solo en la intimidad de los hogares; quieren encerrarla bajo siete llaves, pero confunden laicidad con laicismo».
«No vamos a destrozar iglesias ni quemar retablos ni impedir que se entre a iglesias, sinagogas o mezquitas», defendió al respecto el concejal de València en Comú Jordi Peris quien, no obstante, ayer matizó que serán los expertos quienes decidan qué elementos culturales y patrimoniales son tradición, aunque aclaró que ni la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados en Fallas, ni la Semana Santa, ni la procesión del Corpus Christi se tocarán.
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