Cerco a la corrupción

Vicente Sanz echa la culpa a los técnicos de la contratación con Teconsa

El ex secretario general de la RTVV dice que él no sabía nada y que por lo tanto, la contratación no le pareció «ni cara ni barata», y dice que la seguridad se contrató con prisas

Vicente Sanz, a su entrada ayer en el Tribunal Superior de Justicia de Valencia
Vicente Sanz, a su entrada ayer en el Tribunal Superior de Justicia de Valencialarazon

El ex secretario general de la RTVV dice que él no sabía nada y que por lo tanto, la contratación no le pareció «ni cara ni barata», y dice que la seguridad se contrató con prisas

El ex secretario general de RTVV Vicente Sanz aseguró ayer tener la conciencia «muy tranquila» sobre los contratos de la Radiotelevisión Valenciana durante la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en 2006, y que fueron los técnicos los que dijeron que la opción de Teconsa era la «más idónea».

El ex directivo de RTVV declaró ayer como imputado en la instrucción de la pieza cuatro de la trama Gürtel que investiga los contratos de la visita del Papa, y la posible comisión de delitos de prevaricación y cohecho.

Sanz hizo hincapié en que él «no tenía ni idea» del asunto, y que por ese motivo no podía saber si el contrato era caro o barato. Explicó que «por su formación» él no sabía nada de sonorización ni de pantallas y que se fió del criterio de los técnicos. También mencionó a Luis Sabater, como uno de los que respaldaban la opción de Teconsa para la sonorización y visualización del evento de la visita del Papa.

«Sigo manteniendo lo que vengo manteniendo desde la primera vez que declaré como testigo, que nosotros votamos la opción Teconsa porque era la que la unidad técnica había dicho que era la más idónea y nada más», y que fueron los técnicos los que «recomendaron la compra», insistió.

Sanz sostuvo asimismo que «no hubo ninguna prisa» en la adjudicación, aunque reconoció que «en el tema de la visita del Papa todo era muy rápido», y que «había once expedientes que se hicieron entre abril y julio» y que «entonces había una cierta celeridad pero no que hubiera nada raro».

En esa celeridad enmarcó también el contrato para la protección de todos los recursos técnicos que se instalaron en la calle, principalmente pantallas y repetidores de la señal de video, «que en un principio iban a ser custodiados por la Policía y la Guardia Civil» y que finalmente hubo que contratar seguridad privada, concretamente a Eulen. Aseveró que los técnicos «no pusieron reparo» a las adjudicaciones que hubo que hacer para aquel evento