Elecciones

Abogados a insultos en sus elecciones más polémicas

Trece de las 14 candidaturas al decanato del Colegio impugan los comicios. Sonia Gumpert, la ganadora: «Es la demostración de que no se quieren ir»

Momento en el que un grupo de policías entra en uno de los despachos del Palacio de Congresos donde se desarrollaban los comicios
Momento en el que un grupo de policías entra en uno de los despachos del Palacio de Congresos donde se desarrollaban los comicioslarazon

Todos los candidatos al Colegio de Abogados habían señalado el de ayer como un día clave para la institución. En un momento de enorme convulsión para la administración de Justicia, la decisión que tomaran los abogados en estos comicios había despertado una expectación inusitada. Ya por la noche, la polémica se adueñó de una jornada electoral que, en términos de participación, había batido todos los récords al situarse casi en el 14%. Buenos datos que, sin embargo, quedaron empañados por los insultos, la tensión y las acusaciones de fraude.

Con las votaciones ya cerradas, y antes de conocerse el escrutinio, trece de las catorce candidaturas se unieron para impugnar los comicios. Aseguraban en su reclamación que la lista de Sonia Gumpert había «inducido al voto» de colegiados, tras realizar un seguimiento de la participación durante la jornada y contactar con algunos de ellos. En declaraciones a LA RAZÓN, Gumpert subrayó que el intento de anular las elecciones demuestra que los actuales responsables del Colegio «no se quieren ir». Esta candidatura, apoyada abrumadoramente por los abogados, ve en lo sucedido anoche un «pucherazo» en toda regla. «Para que el voto sea ilegal debe haber una coacción, tiene que dejar de ser libre. Además, para inducir al voto a los miles de abogados que nos han apoyado, necesitaríamos un Ejército», reconocía la candidata vencedora a este diario.

Los incidentes comenzaron poco después de que se cerraran las urnas a las ocho de la tarde. Varias de las candidaturas acusaron entonces a miembros de la lista encabezada por Sonia Gumpert de llevarse unos ordenadores que habían utilizado durante todo el día para hacer un seguimiento informatizado de los comicios y valorar los porcentajes de participación. El ambiente fue caldeándose hasta el punto de que algunas de las personas que se vieron involucradas en estos momentos de tensión dieron aviso a la Policía. A los pocos minutos, varias decenas de agentes se personaron en el Palacio de Congresos de la capital. Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía señaló que la Policía Nacional fue requerida para solucionar «un pequeño conflicto» y señaló que nadie se llevó ningún ordenador del recinto. A lo largo de la noche, se fueron sucediendo los conatos de agresión, los insultos y los gritos.

Una vez retirada la Policía y con los portátiles de la discordia precintados, trece de las candidaturas decidieron unirse para impugnar el resultado de las urnas. De forma paralela al intento de anulación de las elecciones por parte de estas listas, dio comienzo el escrutinio. Conforme fue avanzando el recuento, la candidatura de Sonia Gumpert fue cobrando ventaja respecto a las perseguidoras –Antonio Hernández Gil, Javier Cremades e Ignacio Peláez–, hasta el punto de llegar a doblar en apoyos a la segunda lista. Al cierre de esta edición, la Comisión Electoral continuaba debatiendo en torno a qué decisión tomar sobre la petición de impugnación y siete candidatos redactaron un comunicado de apoyo al decano en funciones.

Del voto de botella... a las ofertas a Aguirre

Entre los más de 66.000 abogados que estaban llamados ayer a votar en las elecciones a decano del Colegio había muchos nombres conocidos de la política madrileña. La alcaldesa de la capital, Ana Botella, acudió por la mañana a ejercer su derecho a voto en estas controvertidas elecciones; otros sin embargo prefirieron adoptar una postura más «institucional» y mantenerse al margen. Fue el caso de la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, colegiada desde el mes de junio, y del portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria. «Novios» no les habían faltado: en el caso de Aguirre, todos los candidatos se habían puesto en contacto con ella para presentarle su programa y pedirle el voto.