Hostelería
Aires castizos y Lady Gaga en la calle de la Palma
La mítica taberna Bodegas Rivas, de 1923, ha reabierto sus puertas tras meses de remodelación
La mítica taberna Bodegas Rivas, de 1923, ha reabierto sus puertas tras meses de remodelación
Fundada en 1923, Bodegas Rivas es reconocida hoy como un símbolo de Malasaña y de su característico espíritu nostálgico. Sin embargo, el pasado mes de septiembre, después de más de 90 años de historia, la taberna echó el cierre. Por suerte, no faltó quien se aventurara a tomar las riendas de un establecimiento tan emblemático como éste: José Abreu –el perfecto ejemplo del llamado hombre de negocios– asegura que se subió a este tren con ilusión y con ganas de darle una nueva oportunidad a Bodegas Rivas, actualizando su imagen, pero manteniendo la identidad de este rincón en el número 61 de la calle de la Palma.
Abreu nació en Santo Domingo (República Dominicana) en el seno de una familia emprendedora que le inculcó la pasión empresarial que le ha traído hasta España, un país del que dice percibir un fuerte sentimiento tradicionalista por el que tiene un profundo respeto. Es por eso que el actual gerente de Bodegas Rivas se ha esforzado por reformar el local sin desdibujar el recuerdo de quienes regentaban la antigua taberna.
Al entrar en Bodegas Rivas uno se siente anacrónico con el ambiente: de las paredes cuelgan fuelles, viejos potes de hierro sirven de atrezo y en las barricas que hacen de mesas reza la frase «Carlos III, el mejor alcalde». Pero entonces suena «Born this way» de Lady Gaga y vuelves al siglo XXI. Y quizás ésa sea la mejor forma de describir el aspecto que luce Bodegas Rivas desde el pasado día 1 de mayo: una cuidada mezcla del pasado y del presente que parece haber convencido tanto a la gente que envejeció junto al antiguo local como a las nuevas generaciones seducidas por el encanto de la moda retro. En consonancia con esta apertura a un público más joven sin perder al cliente de siempre, Bodegas Rivas abrirá todos los días de siete de la mañana a doce de la noche, alargándose hasta las dos de la madrugada los viernes y los sábados.
Igualmente, la oferta de bebidas y comidas se adapta a esta nueva interpretación del actual gerente, sirviendo desde «el mejor vermú de Madrid» al mediodía hasta una hamburguesa casera para las largas noches de juerga, pasando por menús completos y asequibles.
Por los héroes anónimos
Seguramente la mayor novedad dentro de la reinvención de Bodegas Rivas sea el guiño al trabajo que realizan todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, poniendo especial énfasis en los Bomberos y su labor en trágicos capítulos de nuestra historia –el 11-M, por ejemplo–. José Abreu reconoce que esta decisión es el resultado de una larga meditación tras la que los Bomberos aparecieron como público potencial dada la próxima apertura de un cuartel en San Bernardo, con lo que no quiso dejar pasar la oportunidad de rendir un pequeño homenaje a tan honrada profesión.
De Madrid al cielo
Al final todo se reduce a eso: el Madrid castizo. Son chulapos y chulapas los que te reciben a la entrada del establecimiento y en la carta las raciones siguen sabiendo a capital, la caña va con tapa y vale un euro y el camarero viste uniforme y le pone buena cara al mal tiempo. Y es que, a veces son los de fuera los que más fácilmente entienden el valor diferenciador de la tradición local, y por eso José Abreu, a pesar de haber sometido a la taberna Bodegas Rivas a una gran transformación, se ha preocupado por mantener un valor intacto: la identidad de Madrid y su gente.
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