Comunidad de Madrid
Amenaza de venta y demolición para la capilla de La Moraleja
El Pleno de Alcobendas votará mañana la protección de un convento del que sus propietarias, la congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, planea deshacerse por una suma millonaria
El Pleno de Alcobendas votará mañana la protección de un convento del que sus propietarias, la congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, planea deshacerse por una suma millonaria.
Un convento, más de siete millones de euros y una polémica venta son los ingredientes de la receta que enfrenta estos días a las hermanas de la Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y a los vecinos de La Moraleja. El caso llegará mañana al Pleno de la localidad donde intentarán sacar adelante la única solución que le queda a un edificio religioso cuya historia se remonta a hace casi 79 años: a petición del PP –que junto a los vecinos lleva toda la semana recogiendo firmas–, los concejales votarán una propuesta por la que pretenden que el Ayuntamiento eleve a la Comunidad de Madrid una petición para que la iglesia y el convento sean «salvados» a través de una modificación puntual del Catálogo de Bienes Protegidos de la región.
En 1949 José Luis Ussía, Conde de los Gaitanes, cedía a las religiosas una parcela de 45.000 metros cuadrados de uso dotacional en una de las urbanizaciones más caras de España. Además, con la condición de que emplearan el «regalo» para mantener el culto religioso en la zona, también corrió con los gastos de construcción de un convento. Las monjas cumplieron con el trato durante décadas, pero hace unos años decidieron dejar de residir en el edificio y lo dejaron prácticamente abandonado. Desde entonces apenas han realizado inversiones en su mantenimiento. Así, a finales de 2014 saltó el rumor de que las Madres Esclavas habían puesto a la venta su emblemática iglesia. «La congregación va haciéndose mayor, no hay muchas monjas y mantener las casas les cuesta mucho dinero. Lo que quieren es vender esta propiedad porque está en pleno centro de La Moraleja y nos han explicado que querrían el dinero para poder mantener las residencias de las monjas mayores», explica Ramón Cubián, concejal de Urbanismo.
Tanto el Ayuntamiento de Alcobendas como la Entidad de conservación de La Moraleja aseguran que se han reunido en muchas ocasiones durante estos años con las representantes de la congregación. Últimamente, señalan, son muy esquivas a la hora de dar respuesta a cualquier pregunta relacionada con la presunta operación urbanística que planean. «Al principio ellas manifestaron su deseo de mantener la iglesia y el convento y, ante la demanda vecinal, hicimos unas consultas en la Comunidad de Madrid. Tenemos un informe de Patrimonio con un análisis de las instalaciones que hay en la finca en el que se explica que ambos edificios podrían acogerse a una protección estructural que impediría su futuro derrumbe. Sin embargo, cuando empezó el expediente, ellas contrataron a unos abogados para formular alegaciones en contra de la protección de ambos edificios», explica Cubián. La maniobra no sorprende si, tal y como informó a través de varios medios locales la semana pasada Juan Ussía, bisnieto del conde que hizo la donación, la congregación ha recibido una oferta que ronda los siete millones de euros por los 23.000 metros cuadrados de parcela que aún son de su propiedad (el resto los vendieron hace años y obtuvieron unos ingresos superiores a los cinco millones de euros).
La Moraleja es una zona protegida y, especialmente la zona del centro, se rige por una normativa que impide que las edificaciones superen el 0,33% de las parcelas. La finca de las Madres Esclavas tiene una superficie edificable de 6.600 metros de los que la iglesia y el claustro ya ocupan 1.200 metros. Con estos edificios en pie la finca sólo tendría 5.400 metros para ejecutar una nueva construcción. «Les hemos dado la posibilidad de buscar alternativas para que pueda edificar una mayor parte de la parcela», añadió el responsable de Urbanismo que explicó que esto serviría para que los posibles compradores tuvieran las mismas ventajas que los compradores de otras parcelas sin que el edificio religioso se convierta en cenizas.
En la actualidad la iglesia de las Esclavas continúa formando parte del día a día de los vecinos. Decenas de personas participan en la celebración de la misa que se celebra todas las mañanas a las 8:30 mientras la lucha por la salvación del convento, más por su valor sentimental que como parte del patrimonio histórico de Alcobendas, continúa. De hecho, en 2016, Patrimonio de la Comunidad ya informó al Ayuntamiento que los edificios no reúnen las características mínimas necesarias para su declaración como Bien de Interés Cultural o Patrimonial aunque les recomendó incluir el convento en el Catálogo Municipal de Bienes y Espacios Protegidos la iglesia. Están en eso, aunque en la comisión de Urbanismo, el paso previo al Pleno, el «caso convento de La Moraleja» sólo recibió el apoyo de los concejales del PP mientras que los de PSOE, Ciudadanos, Sí se puede, IU y UPyD se abstuvieron.
Por ley, el expediente preliminar de protección del edificio religioso que abrieron en 2016 tiene una duración máxima de dos años que expiran el mes que viene. Por eso es tan importante el resultado de la votación sobre el edificio en la sesión de mañana. «Confiamos en que esta vez Ciudadanos nos apoye para conseguir los 14 votos a favor–los ediles del PP son sólo 12– que se necesitan para alcanzar la mayoría absoluta», añadió el primer teniente de alcalde.
A la espera de lo que diga la Comunidad, en el Ayuntamiento de Alcobendas no dan por cerradas las negociaciones con la congregación. «Sus abogados se han mostrado a favor de negociar, pero las conversaciones no han continuado por la negativa de las propias monjas que, a través de los letrados, nos han llegado a advertir de que acudirán a un juicio contencioso si se diera el caso».
¿Tiene competencias el Arzobispado?
El Arzobispado de Madrid también es parte en el caso que enfrenta a las Madres Esclavas de La Moraleja con vecinos y el propio Ayuntamiento de Alcobendas. Una de las soluciones que podría alcanzarse en el caso de que finalmente se produjera la venta de la parcela de La Moraleja donde se levanta el convento de la congregación pasa porque se mantenga el culto en la parcela, asegura un portavoz de la oficina de Carlos Osoro. En cualquier caso, añaden desde el Arzobispado, en la zona hay una parroquia y otros colegios con culto para dar servicio religioso a los vecinos.
«De venta nada»
Dar con un portavoz de la congregación de las Madres Esclavas del Corazón de Jesús es prácticamente una misión imposible estos días. LA RAZÓN ha logrado localizar a una de las religiosas que pertenecen a la comunidad propietaria del convento y el claustro de La Moraleja. «De venta nada», fue la única respuesta que obtuvimos antes de comenzar a escuchar un repetitivo «no tenemos nada que decir» a todas las preguntas relacionadas con una presunta nueva oferta por los terrenos (por encima de los siete millones) que tienen sobre la mesa y que estarían estudiando.
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