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Comunidad de Madrid

Cazadores de drones

El equipo de la Guardia Civil consigue limitar los drones que vuelan sin autorización.

El Guardia Civil sostiene una herramienta con la que inhibir la señal de los drones
El Guardia Civil sostiene una herramienta con la que inhibir la señal de los droneslarazon

El equipo de la Guardia Civil consigue limitar los drones que vuelan sin autorización.

La proliferación de drones, paramotores y ultraligeros llevó, en el año a 2015, a la Guardia Civil a crear el equipo Pegaso, que está en misión en la capital y que sirve de apoyo en el resto de España. Esta unidad está especializada en el control de estos aparatos para así evitar incidentes en el espacio aéreo. Este equipo, pionero en España, ha detectado y propuesto para sanciones a decenas de drones que volaban sin autorización en Madrid. Su trabajo ha favorecido la disminución de los incidentes reportados por aviones comerciales por la presencia de drones en un 90 por ciento, según manifestaron los responsables del equipo Pegaso, acompañados del delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José María Rodríguez Uribes.

Una de las principales funciones de este equipo es la concienciación de los usuarios que utilizan estos aparatos. Los drones, al ser aparatos de carácter recreativo, se pueden comprar libremente, pero hay que tener en cuenta que pueden crear inseguridad en el espacio aéreo ya que pueden impactar con otras aeronaves con pasajeros. Así, a través de diversos foros, los agentes informan a los consumidores sobre los peligros que pueden ocasionar los drones y sobre los conocimientos que requiere su utilización. La infracción más común es el vuelo cerca del aeropuerto o de espacios aéreos controlados, ya que los usuarios de estos aparatos desconocen que no puede hacerse en un radio aproximado de 25 kilómetros, aun así, han conseguido reducir en un 90 por ciento el visionado de drones en la zona del Aeropuerto de Barajas.

Debido a la saturación existente en el espacio aéreo madrileño, los drones deben volar con autorización, a menos que se encuentren en una pequeña parte de la zona este y norte de la región, explicó el sargento jefe del equipo Jorge Pacha.

La unidad también realiza un control de los aeródromos de la capital en los que aterrizan y despegan avionetas pequeñas. Hay seis autorizados, pero también descubrieron ocho pistas que no lo estaban. «Tras tres años de trabajo es muy difícil observar una aeronave que use estas instalaciones no controladas», aseguró el sargento jefe.

El Pegaso vigiló, el pasado junio, el festival de música Summer Story que se celebró en Arganda, lo que, según la Guardia Civil, permitió aumentar la seguridad de los asistentes. Asimismo, y gracias a las tareas de concienciación, consiguieron que no hubiera ningún dron sobrevolando el área.

El aumento de este tipo de dispositivos en los últimos años llevó a la creación de una normativa que establece una serie de obligaciones para los usuarios que manejen drones. Las sanciones que se imponen dependen de si el dueño del aparato es un particular o de si pertenece a una empresa privada, en cuyo caso la pena podría ser de hasta 4.500 euros.