Club de Campo
Chamberí, dividido por el golf
Los vecinos están enfrentados entre los que piden a Cifuentes que recurra la sentencia del TSJM para mantener el campo: «Jugar aquí es más barato que ir al cine», y los que celebran su desmantelamiento: «Somos el distrito con menos zonas verdes».
Los vecinos están enfrentados entre los que piden a Cifuentes que recurra la sentencia del TSJM para mantener el campo: «Jugar aquí es más barato que ir al cine», y los que celebran su desmantelamiento: «Somos el distrito con menos zonas verdes».
Ha empezado la cuenta atrás para el campo de golf del Canal de Isabel II, en Islas Filipinas. La presidenta de la Comunidad anunció ayer que acatará la sentencia del TSJM, que le obliga a restituir a su estado original el solar donde está ubicado. Y le da de plazo dos años. En ese tiempo, Cristina Cifuentes quiere encontrar la fórmula jurídica que le permita quitar el campo de golf –origen de la polémica con los vecinos del barrio– pero mantener el resto de instalaciones deportivas y el parque.
Esta decisión mantiene dividido al barrio. Nada más conocerse la intención de la Comunidad de desmantelar el campo de golf, la asociación de vecinos «Parque sí en Chamberí» señaló que estaban «encantados porque llevamos doce años luchando en contra de las instalaciones de golf porque ocupan muchísimo espacio en una zona verde y Chamberí es el distrito con menos zonas verdes y zonas deportivas».
Sin embargo, no todos los vecinos del barrio y de distritos adyacentes aplaudían ayer la retirada del campo. En el zona del golf del Canal de Isabel II trabajan alrededor de 50 personas, entre monitores y personal, que dan clase a niños y adultos. Los defensores de este deporte alegaban ayer que la sentencia viene porque «este deporte está mal visto, porque está asociado a una práctica elitista solo para ricos». Pablo, un joven de Las Palmas que visita a menudo Madrid, calificaba ayer de «error» que la ciudad pierda este campo. «Es un privilegio contar con un campo de golf en una zona tan céntrica en una urbe tan grande. La mayoría de campos están fuera de las ciudades y además tienes que estar federado en muchos de ellos». Y eso es un «reclamo», afirmó. No se necesita estar federado para poder jugar y según Adolfo Gross, un jugador habitual del canal, «es más barato que una entrada de cine». «Para los que no conocen este deporte, es cierto que se asocia al dinero o a las élites, pero no es así. Cualquiera puede jugar», afirmó. Este campo cuenta con dos zonas diferenciadas: la primera tiene cabinas para practicar el «swing» y la segunda es el propio campo de nueve hoyos. El césped es artificial, al igual que la decoración con palmeras, que rodea la zona de juego, por lo que el gasto de mantenimiento de riego es nulo. «Estéticamente no es un campo real, pero da una buena imagen al conjunto de la zona. Si lo desmantelan, ¿qué va a pasar con esto? Se convertirá en zona de botellón», se quejaba Adolfo.
Los monitores del parque ayer aseguraba que nunca imaginaron que después de tantos años de litigio finalmente se fuera a llegar a esta situación. Ellos defienden su trabajo y las instalaciones y piden que si se va a mantener el fútbol y el pádel se haga lo mismo con el golf: «Muchos extranjeros que visitan la ciudad envidian este lugar. Ninguna capital de Europa no cuenta con un campo así en mitad de su ciudad», explicaba Nacho, monitor argentino. «Aquí vienen a jugar niños, discapacitados, jubilados... hace muchos años este deporte sí que estaba ligado a la gente con dinero; hoy día la entrada aquí cuesta 6 euros y los palos se pueden comprar por 40 euros en las grandes tiendas deportivas. No es más caro que una raqueta de tenis o pádel». Este monitor ha dedicado su vida a enseñar este deporte: «Con el golf también se enseña valores a los niños: constancia, sacrificio, honestidad. El principal problema es que no se conoce este deporte y se le tacha de elitista», se lamentaba el argentino. El año 2015 cerró con casi 280.000 federados en toda España, un dato que crece cada año.
Al margen del golf, que es lo más polémico del complejo deportivo, ayer, los vecinos de la zona se alegraban de que la presidenta de la Comunidad haya decidido intentar mantener el resto de instalaciones y proponían para la zona que se quite «más zonas verdes y alguna cancha más». Algunos, como Verónica, defiendían que «es la única zona grande y con zonas verdes del barrio. Hay vigilancia y los niños pueden jugar». Por eso, decía, «espero que puedan mantenerlo».
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