Desalojados 80 estudiantes de una residencia por un incendio

El problema principal fue que se dejaron una ventana abierta en la habitación donde se originó el fuego. Puede ser un acto reflejo, de autoprotección incluso cuando crees que puedes apagarlo pero como las llamas ganen el pulso, la humareda que sale por esa ventana puede intoxicar al resto de los habitantes de ese edificio.

Fue lo que ocurrió ayer en el incendio declarado en la residencia de estudiantes Vallehermoso, en el distrito de Chamberí. Cerca de 80 universitarios salieron a la calle, casi recién levantados, bastante asustados por lo ocurrido un domingo por la mañana (muchos habían salido de fiesta la noche anterior y no habían madrugado). La Policía investiga el origen de las llamas, aunque todo apunta a que fuera fortuito. Eran poco antes de las once de la mañana cuando se produjo la llamada de emergencia y el dispositivo necesario se desplazó rápidamente hasta el lugar, en el número 21 de la calle Juan Vigón. Hasta allí llegaron cinco unidades de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid y dos del Samur-Protección Civil.

El fuego, que se había originado en la segunda planta, era «bastante importante pero controlable», según los profesionales; pero el incendio se complicó por esa ventana abierta, que facilitó la propagación del humo por el hueco de la escalera.

En lugar de quedarse en las habitaciones con puertas y ventanas bien cerradas para impedir la entrada de la humareda, el instinto de muchos de los jóvenes estudiantes fue bajar rápidamente las escaleras por el edificio de seis plantas, lo cual pudo agravar la situación. No obstante, a quienes no habían salido de sus habitaciones a la llegada de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, se les recomendó permanecer en sus cuartos para evitar que respiraran todo el humo impregnado por buena parte del edificio.

Los sanitarios del Samur tuvieron que atender en su hospital de campaña instalado en plena calle a cinco personas por inhalación de humo aunque ninguno requirió traslado hospitalario y fueron dados de alta en el lugar.

El director, atendido

Tres de ellos eran estudiantes internos en el centro pero también fueron atendidos por los sanitarios del Ayuntamiento de Madrid el director del centro y su hijo, que se resguardaron en la azotea del edificio. Aunque se vivieron momentos de bastante tensión, ninguno requirió asistencia sanitaria por ataques de ansiedad o pánico.

A pesar de lo escandaloso del suceso, los bomberos pudieron apagar completamente las llamas y, tras una buena ventilación del edificio de Vallehermoso, los estudiantes pudieron regresar poco a poco a sus habitaciones, a excepción del cuarto calcinado. Los alrededores de la residencia, que permanecieron acordonados por la Policía Municipal, recuperaron también la normalidad y tanto el tráfico rodado como los peatones pudieron hacer uso normal de la vía.