Política

Comunidad de Madrid

Dos de mayo: baile de candidatos

La celebración de hoy en la Real Casa de Correos por el Día de la Comunidad es la primera en diez años con quinielas abiertas sobre los cabezas de cartel a las elecciones de 2015

González y Botella son los aspirantes declarados. Aguirre junto con Cristina Cifuentes, las «quinielables»
González y Botella son los aspirantes declarados. Aguirre junto con Cristina Cifuentes, las «quinielables»larazon

Habría que remontarse al año 2002 para encontrar una situación similar a la que se vive actualmente en el PP de Madrid. Por aquel entonces, Alberto Ruiz-Gallardón presidía la Comunidad de Madrid y José María Álvarez del Manzano era alcalde de la capital. Quedaba más de un año para las elecciones de mayo de 2003 –como ahora para las de 2015–, sin embargo, poco antes del verano ya surgieron los primeros rumores sobre unos supuestos cambios que el presidente José María Aznar barruntaba para Madrid. En el mes de julio se demostró que los mentideros no estaban tan alejados de la realidad: se anunció que Gallardón se convertiría en el cabeza de lista del PP a la Alcaldía y que Esperanza Aguirre debutaría como candidata en la Comunidad.

Los diez años siguientes no hubo dudas. El tándem Aguirre-Gallardón, combinado con la llegada de Rodríguez Zapatero al Gobierno central, convirtió a Madrid en un feudo popular sin fisuras.

Pero la salida de los dos cabezas de lista en esta legislatura requiere ahora que el partido designe nuevos candidatos de cara a las próximas elecciones.

En este contexto se celebra hoy el Día de la Comunidad en la Puerta del Sol. Un caldo de cultivo inmejorable para el ejercicio de las quinielas en los habituales corrillos en la recepción de la Real Casa de Correos.

El presidente de la Comunidad, Ignacio González, es el único que ha gritado a los cuatro vientos que quiere ser candidato para continuar en su cargo las próximas elecciones. El caso de Ana Botella es diferente. La alcaldesa no ha dicho oficialmente que quiera ser la cabeza de lista municipal del PP, pero esta semana ha puesto una pica en Flandes al anunciar que tiene «un plan para Madrid». Botella sólo ha «enseñado la patita», pero ha lanzado un mensaje a los comités de su partido, que son los encargados de designar a los candidatos. Es decir, en primer lugar el PP de Madrid, que preside Esperanza Aguirre, deberá proponer los candidatos para los comicios de mayo de 2015 y posteriormente será el PP nacional quien los designe.

A la espera de que este trámite se lleve a cabo –algo que no parece que vaya a suceder en los próximos meses si se tienen en cuenta los tiempos manejados por Mariano Rajoy en las elecciones andaluzas y europeas–, los mentideros echan humo. En este «bingo», hay dos nombres que nunca desaparecen del «bombo». En primer lugar está el de Esperanza Aguirre. El hecho de que se haya retirado de la primera línea política al dejar la Presidencia de la Comunidad, pero no haya abandonado del todo la escena pública desde la tribuna que le proporciona ser presidenta del PP en Madrid, la sitúa como aspirante de excepción. La rumorología afirma que Génova la ha tanteado en sus encuestas internas e incluso se dice desde su entorno que es la que obtendría un mejor resultado en los comicios, pero hasta ahora ella no ha hecho más que desmentir. El único cargo que Aguirre no ha ocupado es el de alcaldesa, por lo que muchos la sitúan ya directamente en la carrera municipal, aunque la decisión final la tiene la dirección nacional del partido y ésta aún no ha manifestado siquiera que quiera realizar cambios.

El otro nombre de toda quiniela que se precie es el de Cristina Cifuentes. La delegada del Gobierno aseguró en una entrevista concedida a LA RAZÓN hace sólo un mes que si fuera por ella repetiría en 2015 en el mismo puesto. Sin embargo, el protagonismo que ha adquirido en esta legislatura y sus buenas relaciones con Génova la convierten en «candidatable» tanto para la Puerta del Sol como para Cibeles.

Si las cosas no están decididas en el PP, no lo están más en el PSOE. Hasta el momento nadie ha mostrado públicamente su intención de disputarle a Tomás Gómez el liderazgo del PSM; pero el batacazo que cosechó en las últimas elecciones (perdió seis diputados y vio cómo el PP le duplicaba en votos) podría llevarle a intentar buscar una salida en el Congreso, aunque para ello tendría que «desmontar» Ferraz. Su segunda de a bordo, Maru Menéndez, lleva años haciendo de «fontanera» en las agrupaciones locales por lo que Gómez podría dejar su puesto sin demasiada agitación en las bases.

No obstante hay quien cree que el secretario general del PSM tiene un plan más ambicioso para Madrid, que pasaría por sacar de la capital a Jaime Lissavetzky y colocar a un afín. Para este puesto ya habría hasta un nombre, el del diputado autonómico Antonio Miguel Carmona, que ha llegado a cuestionar públicamente la idoneidad del ex secretario de Estado para el Deporte. Al margen de estos posibles contubernios, Lissavetzky ya ha advertido que está dispuesto a pelear en primarias.

En Izquierda Unida aún no hay movimientos. A diferencia de lo que podría pasar en cualquier otra formación llamada a obtener más poder en las próximas elecciones, en IU hay sólo un candidato posible al Ayuntamiento de Madrid, que además no quiere serlo. Ángel Pérez ha manifestado su rechazo a liderar otra lista municipal, pero es el único con «gancho» en la coalición de izquierdas. A pesar de que no pertenecería a la misma corriente que Eddy Sánchez, coordinador regional de la formación, Pérez tiene todas las papeletas para repetir. Por su parte Sánchez tiene por delante el reto de competir en los comicios autonómicos sin tener escaño en el Parlamento madrileño, pero todo apunta a que logrará mejorar los resultados de Gregorio Gordo, que ya subió en dos diputados en 2011.

El caso de UPyD guarda grandes similitudes con IU. Llamados a mejorar las cifras obtenidas de 2011 en su debut en la región, parece que no acaban de liderar un proyecto independiente. Mientras que en la primera parte de la legislatura apenas hicieron oposición por su alineación constante con las medidas del PP, en esta segunda parte se han puesto más de frente al PP, hasta el punto de parecer tender a la formación de un tripartito, sobre todo en el caso de la Asamblea regional.