Madrid

El cerrojazo de Gran Vía pone contra las cuerdas a los aparcamientos

Las primeras horas de cortes al tráfico en Centro dejan una pérdida de clientes de más de un 20% en los parkings con respecto a un sábado normal. «Los problemas mayores llegarán desde el jueves», advierten

Los aparcamientos tuvieron el cartel de «libre» muchas más horas de lo habitual otro sábado
Los aparcamientos tuvieron el cartel de «libre» muchas más horas de lo habitual otro sábadolarazon

Las primeras horas de cortes al tráfico en Centro dejan una pérdida de clientes de más de un 20% en los parkings con respecto a un sábado normal. «Los problemas mayores llegarán desde el jueves», advierten

Tras los atascos y la descoordinación del viernes, la prohibición del Ayuntamiento a que los madrileños y turistas puedan desplazarse en coche al centro de la capital tuvo ayer un menor impacto en la movilidad de este entorno. La coincidencia con el partido entre el Barcelona y el Real Madrid provocó, según los comerciantes, una menor afluencia de personas a este distrito, especialmente en las primeras horas de la tarde. Desde el consistorio valoraron ayer de forma positiva «las primeras horas de la apertura de la Gran Vía a los peatones». A través de una nota de prensa, el Gobierno de Manuela Carmena (Ahora Madrid) sí reconoció, no obstante, que las medidas puestas en marcha desde el área de Medio Ambiente y Movilidad habían tenido como consecuencia «cierta congestión» tanto en la plaza de Cibeles como en la cuesta de San Vicente. «Gracias a todos los madrileños y madrileñas por colaborar en hacer Madrid más vivible y paseable estas fiestas», subrayó la propia alcaldesa en su perfil de Twitter.

Al margen de las valoraciones políticas, la primera jornada del «cerrojazo» al tráfico privado en el centro ya ha dejado sus primeras consecuencias sobre los ingresos de algunos negocios y empresas de esta zona. Si el mismo viernes fueron los comerciantes de Gran Vía los que alzaron la voz para denunciar, a través de su presidente, Florencio Delgado, lo «absurdo» de la medida implementada por el Ayuntamiento, ayer fueron los responsables de buena parte de los 36 aparcamientos situados en el interior del perímetro afectado los que comenzaron a echar números y a darse cuenta de las consecuencias negativas de las restricciones. Para estos parkings de rotación, el mes de diciembre es, con diferencia, su momento de mayor trabajo del año.

La afluencia masiva de vecinos de la ciudad y de turistas al corazón de la ciudad para efectuar las compras navideñas obliga a estos aparcamientos a colgar el cartel de «completo» en diciembre, especialmente durante los días y el fin de semana posterior al puente de la Constitución y a lo largo de las semanas que coinciden con las vacaciones escolares. Lo sucedido entre el viernes y el sábado, sin embargo, hace temer a los responsables de estos parkings que esta situación no se repita este año.

El análisis realizado el viernes por el empleado de uno de estos aparcamientos, pocas horas después de que la Policía Municipal instalase los filtros en las puertas de la Gran Vía, resume el sentir general del sector: «Normalmente tenemos el aparcamiento lleno a estas horas del viernes, ahora mismo está vacío y mi jefe esta cabreado como un mono. Seguramente la situación se repita durante todo el mes». Los trabajadores del situado en la plaza del Rey compartían ayer este diagnóstico: «La cosa está muy mal porque hay muy poco trabajo. Normalmente, un sábado a las seis de la tarde tenemos más de 100 coches estacionados y ahora mismo sólo hay 20». Relatan, además, que «nos llaman clientes todos los días para informarse y preguntar si pueden venir o no, y nosotros no tenemos muy claro qué responderles porque aunque abran una calle pueden cerrar otra». La conclusión de estos trabajadores es que «la gente, cuando se entera de que va a haber cortes, se asusta y no viene. A pesar de que nosotros estamos en el entorno de Chueca, en cuanto nos dijeron que iba a haber restricciones supimos que iba a pasar esto».

En el parking de la calle del Barco, Ángel, uno de los empleados, reconoce que, desde hace días, «estamos indicando y explicando rutas alternativas a todo aquel que nos llama para informarse, especialmente a los clientes que vienen todos los años en estas fechas». Preguntados por si comparten que el consistorio haya elegido el mes de diciembre para realizar estas pruebas para «peatonalizar» la Gran Vía, precisan que «es díficil para muchas familias desplazarse por el centro con las bolsas y los niños», por lo que entienden que «hubiera sido mejor» realizar los cortes «en otra fechas». En el Garaje Gales, situado en la calle Valverde, Manuel reconoce que el puente que se avecina es el momento del año en el que más gente de otras ciudades y extranjeros vienen a Madrid y augura problemas en los aledaños de la Gran Vía: «El Ayuntamiento va a tener que hacer cambalaches por las calles de atrás».

En otro de los aparcamientos más afectados por las restricciones, el situado en la plaza de las Descalzas, ayer fue un día muy «tranquilo». Uno de sus trabajadores reconoce que el partido de fútbol redujo mucho la afluencia de personas al centro en la tarde de ayer. Con todo, calculan que la ocupación ayer era un 20% menor a la de un sábado normal. La prueba de fuego, advierten, comenzará el próximo jueves y durante todo el fin de semana, ya que en estos días confluirán tres elementos que amenazan con colapsar el barrio: las restricciones al tráfico decretadas por el consistorio, el puente para los escolares madrileños y la llegada masiva de turistas nacionales, muchos de los cuales recurren al coche para su viaje a Madrid.

Una excepción dentro del comportamiento del resto de aparcamientos lo registró ayer el situado en la Plaza de Santa Ana. Según sus empleados, rozaron el «completo» –se quedaron a tres plazas de ello– mucho antes que un sábado normal. Sin embargo, coinciden con el sentir general del sector: «Va a afectar negativamente. Un diciembre normal siempre está lleno y creemos que en las próximas semanas no ocurrirá».

Carriles peatonales sin peatones: «son inseguros»

Los carriles habilitados para peatones en la Gran Vía permanecieron desiertos durante las primeras horas de aplicación de las restricciones al tráfico establecidas por el Ayuntamiento de Madrid con motivo de las fiestas navideñas. Fue ésta una escena habitual durante la mañana, aunque conforme avanzaba el día los transeúntes se animaron a caminar también sobre el asfalto. A pesar de la señalización, algunos taxis invadieron la zona para recoger clientes mientras que varias motos los utilizaron para adelantar a los autobuses, pudo comprobar Servimedia. Algunos viandantes, preguntados por qué no caminan por el espacio de la calzada habilitado para ello, aseguraron que les resulta «inseguro» al no haber separación entre los coches y ellos. Según el Consistorio, la idea es descongestionar de peatones la Gran Vía, donde «se producen auténticos atascos peatonales».