Policía
El estacionamiento indebido del director de la Policía de Carmena
Andrés Serrano y su asesora fueron a desayunar mientras el coche oficial esperaba aparcado en una rotonda. Agentes del Cuerpo municipal denuncian que ellos están obligados a realizar informes «explicativos» sobre las infracciones de tráfico que cometen mientras están de servicio.
Andrés Serrano y su asesora fueron a desayunar mientras el coche oficial esperaba aparcado en una rotonda. Agentes del Cuerpo municipal denuncian que ellos están obligados a realizar informes «explicativos» sobre las infracciones de tráfico que cometen mientras están de servicio.
No fue mucho rato, ni siquiera disfrutaron de un buen desayuno sentados tranquilamente en una mesa del bar, pero la realidad es que si cualquier otro ciudadano hubiera hecho eso, resultaría multado precisamente por la Policía que él mismo dirige. Se trata del máximo responsable de la Policía Municipal de Madrid: su director general, Andrés Serrano. No iba solo. Le acompañó al café su mano derecha, la polémica asesora Paloma Morales, señalada por el meteórico ascenso que ha experimentado en el Cuerpo desde que se convirtió en la «número dos» de Serrano.
Ocurrió el jueves por la mañana, a eso de las 9:30 horas, a la altura del número 159 de la avenida de Portugal, en la rotonda de entrada al complejo de Casa de Campo donde se encuentran las dependencias de la Policía Municipal y Samur. En la orilla de esa misma rotonda paró el coche oficial de Serrano y el director general y su asesora se dirigieron a una cafetería. La chófer esperaba en el vehículo oficial mientras Serrano y Morales entraban en el Big-Ven, un bar situado en el número 8 de la calle Alfonso Cea, a un minuto andando de donde había estacionado el coche oficial de forma irregular.
Aseguran que los responsables de la Policía Municipal no estarían más de diez minutos en el interior del establecimiento hostelero, pero lo cierto es que si a cualquier otro ciudadano se le ocurre hacer esta parada estaría asumiendo el riesgo de que cualquier patrulla le pusiera una buena multa. Además, justo en esa rotonda, por la que es muy probable que pasen coches policiales al encontrarse justo a la entrada de esa zona de Casa Campo, sede de varios edificios municipales, entre ellos, la propia jefatura de la Policía Municipal de Madrid.
El lugar escogido para estacionar el vehículo está prohibido parar o estacionar, como la propia señalización vial indica, pero Serrano, como máximo dirigente del Cuerpo encargado de multar tal infracción, parece ajeno a este tipo de restricciones de tráfico y, al menos, en esta ocasión, parece que ha aprovechado su cargo para disfrutar de un privilegio que a cualquier otro –incluso entre sus propios agentes–, le está vetado.
Y es que muchos agentes de la Policía Municipal llevan tiempo quejándose de la actitud del director general en este sentido. En concreto, se lamentan de que les notifican denuncias por radares a agentes de servicio y obligan a realizar informes «explicativos». Esto está generando en muchos agentes el peligroso convencimiento de que es mejor no correr para atender a los servicios y evitarse así problemas posteriores, por lo que podrían tardar más en llegar a los avisos del ciudadano. Ocurre lo mismo cuando tienen que dejar los coches patrulla mal aparcados por el requerimiento de los vecinos.
En varios de estos casos, últimamente, han sido llamados a capítulo para dar explicaciones del porqué de esos estacionamientos. Por este motivo, que sean el propio director general y su mano derecha, quienes lo dejen mal estacionado y, además, que lo hagan para ir a desayunar y no por ningún motivo de urgencia, ha causado un profundo malestar en el Cuerpo. «¿Se va a incoar un expediente disciplinario a sí mismo?», comentaban ayer algunos conocedores del caso.
Pero las quejas sobre el director general de la Policía Municipal de la capital no son aisladas. Muchos agentes comentan que, cuando llegó al cargo, hace ahora dos años, presumía de que iba a hacerse «todo por el procedimiento legal», dando a entender que sus predecesores no actuaban de esa forma. Los agentes municipales aseguran que es él quien no está actuando de forma justa.
«Ha colocado en puestos de inspección a subinspectores sin tener en cuenta las oposiciones que hubo», comenta un alto mando del Cuerpo. «Ha destrozado las UCEs (los «antidisturbios» de la Policía Municipal) sin potenciar luego las Unidades de Distrito ni la Unidad de Tráfico, y ha trasladado a agentes de unidad bajo su voluntad», explica. En este sentido, por ejemplo, se han trasladado a policías (un cabo) a la subdirección de Personal, y a tres policías a la de Nuevas Tecnologías sin que hayan salido las plazas. Pero lo que consideran más injusto es que «permite o deniega las permutas que le da la gana sin tener en cuenta la especialidad o reunir los requisitos necesarios». Por ejemplo, ha llevado a Prensa a un agente de la Unidad Canina. Todos estos cambios a nivel interno no inciden de manera directa en el ciudadano, pero sí lo hacen (a las arcas públicas) que horas extras se hayan multiplicado, según denuncian las mismas fuentes, en parte, por esa falta de personal en plantilla, tan criticada por los agentes desde hace años.
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