Comunidad de Madrid
El instituto Blas de Otero de Madrid, premiado por sacar a quinceañeros del fracaso escolar
El instituto Blas de Otero de Madrid ha sido galardonado con la Orden de Alfonso X el Sabio y el Premio a la Acción Magistral 2013 por su labor en la inserción de alumnos de 2º de la ESO con fracaso escolar mediante un programa que permite reconducir a estos quinceañeros "de la exclusión a la ilusión".
El Aula de Compensación Educativa (ACE) de este instituto de Aluche, una de las 22 que funcionan en centros públicos de la región, permite que los alumnos con baja autoestima y desmotivados salgan de sus clases habituales durante un año y vayan a aulas específicas para tratar de reintegrarlos en el sistema educativo.
La clave del éxito, que en el Blas de Otero alcanza al 70% de estos alumnos, consiste en un programa especial con casi la mitad de la carga lectiva dedicada a un taller profesional, y la otra mitad a asignaturas como lengua, matemáticas o educación física, pero con contenidos adaptados al retraso curricular de estos jóvenes.
"Es un programa que se adapta mucho a ellos, ya que les hacemos una prueba de nivel para conocer las lagunas de cada uno. Los grupos son de 15 alumnos por clase, que a su vez se dividen en 'desdobles', lo que permite una atención personalizada", ha explicado a Efe Raúl Monzón, el jefe de Estudios de este ACE que imparte talleres de peluquería y electricidad.
María, una alumna de Peluquería, explica así su experiencia: "El centro ha sido una oportunidad para que, de mayor, por fin se me dé algo bien. Vengo todos los días, porque no me desanimo al levantarme. Los 'profes' son amables y graciosos, y aprendo cosas que sé que utilizaré en mi vida".
Otro alumno, Francisco, dice que le gusta el taller al que asiste, de electricidad. "Es bastante divertido; las clases se pasan rápidas y, además, te lo explican a tu manera", matiza.
"Los profes son comprensivos, me tratan bien y están pendientes de mí para que aprenda. Aunque tampoco me cuesta tanto porque, siempre que no entiendo algo, me lo explican", señala Sandra, que también tiene 15 años y cursa Peluquería.
Según el jefe de Estudios, estos chicos suelen proceder de "familias desestructuradas, la mayoría monoparentales, y con problemas económicos", una situación que "les provoca una sensación de fracaso no solo académico sino también vital".
Por ello, "más allá de que aprendan un oficio, el objetivo del ACE es transformarles de sujetos pasivos en activos"a través de actividades como contar cuentos a los niños de Infantil, explicar experimentos de electricidad en la Feria de la Ciencia del instituto, o peinar a las señoras del centro de mayores del barrio.
"Es un espaldarazo enorme para ellos, porque se ponen al otro lado. Se convierten en gente que aporta y a la que escuchan los demás", agrega el profesor.
Además, de las 15 plazas que hay por taller, dos están reservadas para jóvenes que cumplen medidas judiciales en centros de internamento de menores, y su rendimiento en el ACE influye positivamente en la revisión de sus condenas, continúa Monzón.
Finalizado el curso, siete de cada diez alumnos del Blas de Otero siguen estudiando y "lo habitual"es que vayan a Programas de Cualificación Profesional Inicial y luego se incorporen a la Formación Profesional de grado Medio.
Las ACE, que se pusieron en marcha hace 13 años en la Comunidad de Madrid y se imparten en algunos centros concertados, también han sufrido recortes, como la supresión del ACE del instituto Virgen de la Paloma, en Tetuán, o la reducción de algunas de las especialidades.
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