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Es indignante ver cómo se está utilizando la imagen de Madrid para hacer daño durante el periodo de negociaciones laborales entre las empresas que limpian las calles de la ciudad y sus sindicatos. Tiempo que debiera caracterizarse por las muestras de voluntad de diálogo y de consenso entre ambas partes. Desde que el Ayuntamiento decidiera unificar en un mismo contrato los servicios que prestan las empresas adjudicatarias y que supone más eficiencia en el servicio y un ahorro de 80 millones de euros para el contribuyente, estas empresas aún no han concretado cómo se adaptarán pero, por si acaso, los sindicatos ya han decidido tomar nuevamente Madrid como rehén. Se comportan de manera injusta e irresponsable pues saben que este periodo de negociaciones tiene una fecha límite y que si no se llega a ningún acuerdo, sólo perderán los trabajadores, quienes por otro lado, tienen todo el derecho a manifestar de manera pacífica su preocupación ante la incertidumbre. Y mientras tensan esa cuerda de manera torticera, los más radicales pretenden presionar a los ciudadanos para que estos, a su vez, presionen a los gobernantes. Sus representantes políticos, que suelen encontrar amparo en partidos como IU, buscan que todos señalemos a Ana Botella como responsable y culpable de la situación, mientras su líder en Madrid, Eddy Sánchez, se lo pasa en grande contemplando cómo arden los contenedores. Con nuestro dinero. Con nuestro prestigio como ciudad. Sin embargo estos aprendices de bolcheviques se equivocan de estrategia y de rehenes. En Madrid cada vez que alguna reivindicación ha pasado por paralizar los servicios públicos esenciales o reventar los espacios de convivencia, estos se han posicionado radicalmente en contra de sus convocantes. El Ayuntamiento debe continuar exigiendo de manera firme el cumplimiento íntegro del contrato y de los servicios mínimos. Y procurando que todo el peso de la ley caiga contra esos indeseables que, aprovechando la situación, pretenden quemar las calles de Madrid como estrategia política, como ya advirtieron en su día.