La fiesta vuelve al Florida

La histórica sala de fiestas de El Retiro reabrirá el próximo 24 de septiembre tras crear 200 puestos de trabajo sólo en su área de restauración.

Cinco espacios gastronómicos en los que, además, se ofrecerá espectáculo. El nuevo Florida Park, rebautizado como Florida Retiro, reabrirá por fin sus puertas el próximo 24 de septiembre tras tres años cerrado. Detrás del proyecto, que pretende devolver a la mítica sala madrileña no sólo la actividad nocturna de la que hizo gala durante décadas, sino también darle vida durante las mañanas y los almuerzos, 200 nuevos trabajadores que se encargarán –sólo en el área de restauración– de convertir el espacio de uno de los locales de referencia del centro de Madrid. Estos días, en el que fuera inicialmente pabellón de caza del rey Fernando VII, los operarios trabajan contra reloj para dejar todo listo para el debut. Una cita, con la compañía Yllana, que tendrá lugar en 14 días y para la que la empresa concesionaria del espacio lleva semanas vendiendo entradas.

¿Qué se encontrarán en la sala de fiestas los afortunados que consigan reserva para el estreno? Dentro no queda nada de aquel escenario que pisaron estrellas patrias como Julio Iglesias, Rocío Jurado o Lola Flores, y figuras internacionales como Tina Turner o Ray Charles. Ramón Matoses, el empresario del antiguo Mercado de Fuencarral que se encargará de capitanear este proyecto durante un periodo de 25 años, ha dejado en manos del interiorista Pascua Ortega la completa vuelta de tuerca del espacio, del que sólo reconocerán la cúpula y la fachada de la que fuera «La casa del contrabandista», levantada en 1814.

El escenario de La Sala, quizá el lugar más emblemático del edificio, cobrará vida los viernes y sábados con dos pases de cena (de la mano del chef con 34 años de experiencia Joaquín Felipe, al que se ha encargado la oferta culinaria de todo el espacio) y espectáculo de la mano de Yllana con sus «Pandora Nights», que ofrecerán hasta veinte números musicales y de humor a un máximo de 250 personas, que es el aforo del local. El precio de la entrada a la cena-espectáculo será de 80 euros, informaron desde la organización.

Después, el club permanecerá abierto hasta las 6:00. Los jueves, y por el mismo precio, será el turno del baile y la música en directo de la Big Band en Chattanooga club.

«La diferencia es que antes sólo se explotaba durante las noches; ahora tendrá oferta todo el día», explicaban ayer desde el equipo de Matoses. Y, a la vista de la oferta gastronómica, no pecan de pretenciosos. En El Pabellón, con vistas al Parque de El Retiro, el nuevo Florida ofrecerá una carta con «productos de la región y cocina urbana pero tradicional». El precio medio por persona en este espacio rondará los 30-40 euros. De factura más ajustada será el menú de tapas y raciones de La Galería o de La Terraza, donde, sobre el techo del restaurante principal y rodeados por las copas de los árboles, ofrecerán las primeras copas de la noche y una carta de comidas crudas. Igual que los platos, los cócteles también serán de autor: el barman Miguel Ángel Jiménez promete adaptar sus «recetas» a los diferentes eventos de Florida Retiro y a las estaciones. La opción más informal será la de los kioscos, cinco zonas de mesas altas que ofrecerán desde freidurías a mariscos y moluscos, carnes al grill, charcutería y quesos, tapas y bebidas.

Aunque inicialmente la empresa que gestiona el espacio tenía previsto que la zona de restaurantes echara a andar antes de comenzar con la oferta de ocio, finalmente la puesta de largo aunará ambos conceptos y supondrá una prueba de fuego para los 200 empleados del establecimiento, que, quizá pensando en el volumen de trabajo que se les puede venir encima, han tenido que acreditar ante los gestores del proyecto que cuentan con al menos dos años de experiencia en puestos similares a los que desarrollarán en Florida Retiro.

Devolver a la sala de El Retiro el glamour que disfrutó en las décadas de los 70 y 80 ha costado dos años de obras. Una reforma integral que, por el carácter histórico del edificio, ha tenido que seguir las indicaciones de los técnicos de Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid, quienes también se han encargado de velar y conservar la noria del siglo XVII –parte del sistema hidráulico que se utilizaba para el riego del parque– y que apareció bajo el suelo de la sala de fiestas.