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Lanaterapia, la nueva moda para combatir el estrés

Las «knitting parties» o fiestas de tejedores, reúnen a un número de personas cada vez mayor en la capital

Un momento de una de las fiestas de tejedores. We Are Knitters facilita la localización, los materiales y los patrones, y los embajadores dirigen las sesiones
Un momento de una de las fiestas de tejedores. We Are Knitters facilita la localización, los materiales y los patrones, y los embajadores dirigen las sesioneslarazon

¿Busca un hobbie que le ayude a desconectar del estrés diario y de las tareas de casa, y ya de paso, también le impulse a conocer gente y a estrechar nuevos lazos?

¿Busca un hobbie que le ayude a desconectar del estrés diario y de las tareas de casa, y ya de paso, también le impulse a conocer gente y a estrechar nuevos lazos? Pues tiene nombre, se llama lanaterapia y no es otra cosa que el antiguo oficio de tejer a mano, solo que ahora rediseñado como un nuevo fenómeno social y que además tiene grandes beneficios para la salud mental y física. Y es que, está en auge la vuelta a lo manual. Ahora, la pasión por la lana y la aguja se ha puesto de moda en la capital, donde tiene especial relevancia, y también en varias ciudades en nuestro país.Y parece ser que ha venido para quedarse.

A We Are Knitters (WAK), una empresa española del sector afincada en Madrid, se le ocurrió organizar una serie de quedadas –a raíz de peticiones de sus propios clientes– para enseñar a tejer en grupos, y ya de paso, expandir el negocio: las conocidas como knitting parties o fiestas de tejedores. Tal ha sido el éxito, que ahora los responsables de la empresa no dan a basto. «Tenemos muchísima demanda en Madrid y Barcelona y en otras ciudades» comenta Alberto Bravo, uno de los directivos.

La idea inicial era tener un modelo de marca adaptado a los nuevos tiempos y con una imagen renovada. «Tejer se practica desde hace siglos, lo que hemos hecho es darle una vuelta de tuerca y una imagen joven», comenta Bravo. En esa dirección fue su salto a las redes sociales, –sus cuentas en Facebook y Instagram tienen en torno a un millón de seguidores– y a las nuevas tecnologías, implementado el aprendizaje online y los videos tutoriales de la web. Pero, en su estrategia digital, el apoyo de las knitting parties resultó fundamental. De hecho, debido a la cantidad de peticiones, desde la empresa se impulsó un equipo de embajadores, esto es, personas ya veteranas que se prestan a organizar reuniones para tejer y enseñar en su entorno. Desde WAK resaltan que, para estas fiestas de tejedores, el «boca a boca» se ha convertido en algo vital.

Ese fue el caso de Eva, diseñadora gráfica, «con horario de oficina», que lleva cuatro años aficionada a la lanaterapia. Para ella, tejer significa «una liberación» después del trabajo. «Empecé a buscar algo más para distraerme en mi tiempo libre». La afición le ayudó, además, a conocer gente con los mismo gustos y aficiones. Para Eva, la posibilidad de hacer cosas con las manos es «algo maravilloso» y por eso, desde que comenzó a tejer, no ha podido parar. De hecho, practica en su casa «cuando tiene un huequillo».

Un caso parecido le sucedió a Verónica, una argentina que trata de compaginar los estudios con su trabajo de administrativa en atención al cliente en una empresa y que nunca antes había tejido. «Me mudé hace un par de meses y busqué actividades para probar algo nuevo y conocer gente», declaró. «Los conocí a través de la red social instagram y me apunté por curiosidad», dijo en referencia a su primera experiencia en una de las fiestas de tejedoras en octubre del año pasado. La última de las sesiones la tuvo con otras 20 personas en un local de Argüelles, en enero.

La situación que viven Eva y Verónica en torno a la lanaterapia genera un negocio que empresas como We Are Knitters (WAK) han sabido aprovechar. Actualmente, facturan más de 10 millones de euros anuales y tienen una amplia proyección internacional. La mayor parte de su negocio lo exportan a Estados Unidos a Francia y a Alemania, mientras que el mercado nacional solo supone un 5% del total de volumen de sus ingresos.

Bravo cuenta cómo les surgió la idea de iniciarse en el sector con un tono renovado. «Fuimos a Nueva York y allí vimos un montón de tiendas de temas de tejer, concretamente en la zona del Soho», apuntó. «Había hasta gente en el metro». Esa imagen les animó a decidirse a empezar el proyecto en nuestro país. Y es que, ya son ocho años los que esta empresa lleva operando en España. La organización recibió, de marzo de 2018 a marzo de 2019, un total de 120.000 pedidos de temas relacionados con kits de tejer, ovillos, agujas y patrones. En el futuro, esperan seguir tejiendo lazos en otros lugares, como Asia, donde expandirán su proyecto «a la vuelta del verano».