Sucesos

Libertad para el joyero de Ayala que disparó a sus atracadores

Está imputado por lesiones, pero la jueza no le ha impuesto ninguna medida cautelar

El suceso tuvo lugar el sábado por la mañana en el taller de «compro oro» que Guillermo Cuadrado regenta en la calle Ayala, en el barrio de Salamanca
El suceso tuvo lugar el sábado por la mañana en el taller de «compro oro» que Guillermo Cuadrado regenta en la calle Ayala, en el barrio de Salamancalarazon

Sus atracadores siguen hospitalizados, aunque ya se encuentran privados de libertad. La jueza titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Madrid, de guardia el día del suceso, que trató de tomarles declaración en sus respectivos centros hospitalarios (el más grave está en La Paz y el otro en el Gregorio Marañón), decretó prisión sin fianza para los dos después de que ellos se negaran a declarar. Elamarevic M. y Borja R., ambos de 30 años, ingresarán en prisión en cuanto reciban el alta hospitalaria. Se les imputa robo con uso de arma peligrosa y lesiones.

Guillermo Cuadrado, el joyero de 54 años de la calle Ayala que les disparó cuando éstos amenazaron con un arma blanca a su hija y le rociaron espray antiviolador en los ojos el pasado sábado por la mañana, tuvo que acudir ayer a prestar declaración a Plaza de Castilla ante la jueza que lleva el caso. Cuadrado, que durante muchos años regentó una joyería en la calle Velázquez y luego se pasó al negocio del «compro oro», quedó en libertad con cargos imputado por un delito de lesiones y sin ninguna medida cautelar, según explicó su abogado, quien recalcó que su cliente hizo un uso «totalmente legítimo» de su arma. Un arma para la que, al parecer, tendría permiso pero no lo habría renovado. Quien sí lo tiene en vigor es su hija, según su abogado, que se encontraba con él en el momento del atraco.

El joyero declaró ayer durante aproximadamente una hora. En su testimonio, Cuadrado ratificó lo ocurrido la mañana del sábado y lo que grabaron las cámaras de seguridad instaladas en el interior y exterior del establecimiento. El abogado del comerciante de la Milla de Oro subrayó que Cuadrado no tiene «nada que ocultar», pero se encuentra muy afectado por lo ocurrido y, por eso, no quiso hacer declaraciones a los medios de comunicación apostados a la salida del juzgado. El empresario tiene un brazo en cabestrillo tras las lesiones sufridas en el atraco. El Samur también tuvo que atenderle por una fuerte crisis de ansiedad tras haber efectuado los disparos a sus atacantes.

Su hija, María del Carmen Cuadrado, afectada por el atraco, acompañó ayer a su padre a su cita en sede judicial y también prestó declaración ante la magistrada en calidad de testigo, según un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Los atracadores del joyero continuaban ayer ingresados a causa de las heridas de bala causadas por los disparos de Guillermo. Al parecer, los ciudadanos de origen serbio también agredieron a Cuadrado con una pistola eléctrica antes de que él les disparase. Uno de ellos fue atendido por el Samur tras intentar huir del lugar de los hechos en un taxi. El otro, menos grave, llegó por su cuenta hasta el Hospital Gregorio Marañón.