Espectáculos

Magia de Oriente

Los Reyes Magos recorrieron la capital en la Gran Cabalgata antes de repartir los regalos a los niños

Las ocas de Miguelín no faltaron a la Cabalgata, que estaba dedicada a la magia, con hadas, hechiceros y estrellas
Las ocas de Miguelín no faltaron a la Cabalgata, que estaba dedicada a la magia, con hadas, hechiceros y estrellaslarazon

Ni la niebla, ni la llovizna, ni el intenso frío impidió a miles de niños disfrutar de la Gran Cabalgata de la capital, que ayer llenó de magia la ciudad.

Ni la niebla, ni la llovizna, ni el intenso frío impidió a miles de niños disfrutar de la Gran Cabalgata de la capital, que ayer llenó de magia la ciudad. Mayores y pequeños esperaron durante horas a que el gran desfile, que este año contaba con 31 elementos para iluminar el recorrido, entre la plaza de San Juan de la Cruz y la Plaza de Cibeles, llegara a las gradas, aceras o calzadas en las que esperaban ateridos. Como cada año, Melchor, Gaspar y Baltasar visitaron a los madrileños horas antes de repartir sus regalos traídos de Oriente por el camino que marcaba la estrella que también señalaba el inicio de la cabalgata.

Detrás de la luz estelar comenzaron los primeros caballos del desfile, que contaba con varias decenas de equinos en sus distintos tramos. Entre ellos, el Escuadrón Ecuestre de la Policía Municipal, el de la Guardia Civil, los de los séquitos de los Reyes Magos y los que acompañaban al Rey Arturo en la carroza Camelot. También había tres dromedarios y las inefables ocas de Miguelito, que seguían la procesión mejor que las carrozas.

Y, junto a los animales, la música. Cada elemento del desfile llevaba su propia sintonía y, entre ellas, la espectacular Banda de Música de Lake Zurich Univérsity, compuesta por 80 músicos y que sólo se puede ver reunida en otra ocasión durante el desfile de Acción de Gracias de Chicago. También estuvieron presentes los alumnos de la banda de la Riverside University, cuyos 120 integrantes acompañarpon a la carroza del Mago de Oz.

La Gran Cabalgata de este año estaba dedicada a la magia, por eso en las carrozas, además de los clásicos regalos y los carteros reales, que no dudaban en recoger las cartas de quienes, en el último momento, querían entregar personalmente su misiva a sus majestades de Oriente, había también conejos saliendo de la chistera y magos y brujas que hacían trucos de magia a los pequeños que disfrutaban del espectáculo.

También, por supuesto, utilizaban todo tipo de trucos para recoger más caramelos, desde escaleras a paraguas puestos del revés, a costa de mojarse con la fina llovizna. Los acompañantes de las primeras carrozas sí lanzaron los caramelos al aire pero los pajes de la comitiva real sólo los entregaban en mano para que, pese a que el perímetro estaba vallado, no tuviesen ningún accidente por ir en pos de las golosinas.

Precediendo a sus majestades, un mundo mágico dejó con la boca abierta a los espectadores. Hadas voladoras, lechuzas gigantes y trasgos con alas de luces rodeaban a la reina de la noche, subida en un gran unicornio. Pero sin duda, la mayor ovación, el grito más ansioso y los aplausos más intensos fueron para las carrozas de los Reyes Magos de Oriente. La oleada de emoción, caras llenas de felicidad y pequeños gritando a Melchor, Gaspar o Baltasar, que eran sus favoritos, se escuchaban varios metros antes de que se viesen los carruajes reales. El de Melchor era blanco y oro, los colores de la vieja Europa del Este, mientras que el de Gaspar, en tonos rojizos, recordaba a las noches hindús más misteriosas y un gran trono negro y burdeos llevaba a Baltasar, que iba acompañado por ritmos africanos de percusión y, cada uno de ellos, acompañado por 50 pajes.

Esperanza, ilusión y solidaridad

En su mensaje a todos los madrileños, sus Majestades de Oriente quisieron repartir esperanza para que en 2014 el mundo sea «cada vez un poquito mejor, para que desaparezca la pobreza, la injusticia, la violencia y el drama del paro». Por eso, además de agradecer la alegría y la ilusión con las que Madrid les había recibido, pidieron a todos que sean solidarios con lo más desfavorecidos. «Confiamos en que la estrella que nos acompaña desde Oriente os guíe a todos vosotros hacia un año 2014 en el que desaparezca todo lo negativo que os pueda afectar», concluyeron.