Fuenlabrada

«Palo» de 250.000 euros a Worten

Los investigadores sospechan que se trate de un chivatazo del propio camionero a una banda especializada
Los investigadores sospechan que se trate de un chivatazo del propio camionero a una banda especializadalarazon

Las casualidades de la vida quisieron que el remolque escogido por los individuos que decidieron entrar en un parking privado de Fuenlabrada el pasado fin de semana fuese el del «premio gordo». No se trata de nada nuevo entre camioneros y delincuentes que, más a menudo de lo que se puede pensar, trabajan juntos. O, por decirlo de otra forma, el transportista da el chivatazo a la banda en cuestión –de la que se convierte en miembro desde ese momento– y luego simula un atraco. La Policía investiga si se utilizó esta modalidad en este caso en concreto, porque se dieron demasiadas coincidencias en unas horas. Los hechos sucedieron durante el pasado fin de semana en el parking que Esteban Rivas tiene en el Camino del Álamo, en el término municipal de Fuenlabrada. En concreto, según explicó Marco Antonio Santiago, el denunciante, fue entre las 16:00 horas del viernes día 11 y las 9:00 del domingo 13. «Dejé el vehículo perfectamente estacionado con la cabeza tractora enganchada al remolque y cuando llegó mi socio, sólo estaba en remolque», asegura. En el interior del habitáculo llevaba la documentación del camión (un Renault modelo 440.18 t blanco a nombre de Transportes Fultiago 06, S. L.) y 120 discos de tacógrafo referentes a su conducción y a la de su socio. Tras interponer la correspondiente denuncia, Marco Antonio trató de encontrar la cabeza tractora del camión de forma paralela a la Policía. Apenas cinco horas más tarde, gracias, a la colaboración de los compañeros, dio con ella. Los cacos en realidad sólo la habían utilizado para llevarse otro remolque y la habían dejado abandonada en una estación de servicio de San Blás. Los daños de la reparación ascienden a 3.500 euros, según el denunciante, que espera que asuma la aseguradora del aparcamiento.

Otra curiosidad del caso es que el parking de Fuenlabrada cuenta con segurida privada que, se presume, realiza labores de vigilancia. «El de seguridad dice que no vio nada», explica Marco Antonio. De ser esa su declaración ante la Policía, todo apunta a que el encargado de la vigilancia también estaba «comprado» por los delincuentes. Eso sí, su coartada es más difícil de explicar. Pero la empresa Transportes Fultiago no fue la más perjudicada del suceso. El robo de la cabeza del camión queda en mera anécdota al lado de la pérdida de la empresa Luis Simoes, conocido distribuidor. Lo que querían los cacos, en realidad, era el remolque del camión de esta empresa: ésa era la gallina de los huevos de oro. Iba cargado con material para la empresa Worten. Fuentes cercanas al caso aseguran que llevaba nada menos que 250.000 euros en material electrónico; un botín de lujo y muy fácil de colocar en el mercado negro. Lo cargaron todo y la plataforma la dejaron abandonada en la calle de detrás del parking.