Paran el metro para hacer grafitis y amenazan al conductor

Varios jóvenes detuvieron el pasado lunes un convoy de Metro en un túnel de la línea 7 para realizar grafitis y se enfrentaron y amenazaron al conductor cuando les recriminó su actuación, antes de huir por un túnel del suburbano.

Según ha confirmado hoy Metro de Madrid, el incidente ocurrió el pasado lunes sobre las 22:30 horas, cuando un grupo de personas accionó el mecanismo para parar el tren cuando circulaba por el túnel de la línea 7 entre las estaciones de Gregorio Marañón y Avenida de América.

A continuación salieron al exterior para pintar el convoy, mientras el conductor y varios pasajeros les recriminaron su actitud, lo que hizo que los grafiteros se enfrentaran verbalmente al primero y le amenazasen.

Transcurridos unos minutos los autores del acto vandálico huyeron por un túnel interno, lo que unido al hecho de que sabían parar el tren significa que conocen el suburbano, han precisado las fuentes.

Cuando el tren quedó bloqueado se activó el protocolo previsto en estos casos, por el que se prohíbe la circulación en la línea hasta que se comprueba que no hay ninguna persona en el túnel y se avisa al personal de seguridad y a la Policía.

El convoy estuvo detenido en el túnel entre las 22:30 y las 22:52 horas y en el incidente nadie resultó herido.

A continuación Metro lo llevó hasta los talleres para limpiar las pintadas y que pueda volver a circular lo antes posible.

Metro denunció los hechos ante la Policía Nacional, a la que informó de que alrededor de ocho personas llevaron a cabo esta acción, en la que amenazaron al conductor y causaron daños por valor de 3.000 euros, según ha informado la Jefatura Superior de Policía.

Un hecho similar ocurrió el pasado día 6, cuando un grupo de nueve jóvenes detuvo un tren de Cercanías para realizar pintadas en dos de sus vagones y lanzó piedras al conductor del convoy, sin alcanzarle, cuando se ha apeó para recriminarles su actitud.

El tren, que hacía el recorrido Chamartín-Las Rozas-Príncipe Pío, fue detenido durante un cuarto de hora a la salida de la estación de Ramón y Cajal, justo debajo de un puente por el que los autores de las pintadas accedieron a las vías y por el que huyeron después.