Comunidad de Madrid

Sobresalientes en esfuerzo

Son 80 jóvenes de Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y Artes. Todos han sacado más de un 8,75 de nota media y se preparan para tomar las riendas de su generación, la «Z», para la que el mundo analógico ya no existe.

Tras recibir sus diplomas, LA RAZÓN reunió a un grupo representativo de los jóvenes «más listos» de la Comunidad. Foto: Jesús G. Feria
Tras recibir sus diplomas, LA RAZÓN reunió a un grupo representativo de los jóvenes «más listos» de la Comunidad. Foto: Jesús G. Ferialarazon

Son 80 jóvenes de Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y Artes. Todos han sacado más de un 8,75 de nota media y se preparan para tomar las riendas de su generación, la «Z», para la que el mundo analógico ya no existe.

La «generación Z» ya ha alcanzado la mayoría de edad. Han nacido a partir del 2000. Según los expertos, son los denominados «postmilenial». Han pasado gran parte de su infancia en época de vacas gordas, pero también les ha tocado la burbuja económica de lleno. Además, su mundo ya no es analógico, sino virtual. El móvil es una extensión de su mano. Son puramente digitales. Y vienen pisando fuerte. Por lo menos los de Madrid.

El presidente de la Comunidad, Ángel Garrido, junto al consejero de Educación, Rafael van Grieken, reconocieron el esfuerzo de 80 de estos chicos que han sido los mejores en sus respectivos centros educativos. Uno de los premiados, Francisco Tomás y Valiente, estudiante de Filosofía y Políticas, fue el responsable de dar voz al resto de sus compañeros y ahí, subido al estrado, sacó todo lo aprendido durante este primer año de carrera. «Se nos premia por nuestra virtud de la constancia, pero no se debe pervertir el sentido de la educación». El mensaje tenía un claro receptor: Garrido. «La calidad educativa no puede reducirse a la excelencia académica. La calidad educativa comporta otro elemento esencial, más allá de la excelencia académica: la equidad. Son valores democráticos que puede y deben transmitirse», reclamó en su alegato, al que familiares, alumnos y profesores respondieron con un sonoro aplauso. Francisco ha reflejado que tanto él como sus compañeros son una generación que no se va a quedar quieta, que tiene grandes ambiciones, pero que también se preocupa por los más desfavorecidos, los que no tienen tantas facilidades para sacar matrícula de honor. «La prioridad no podemos ser aquellos que obtenemos resultados considerados como excelentes. Tienen que ser aquellos que tienen más dificultades», subrayó el futuro político que, sí, es nieto del jurista al que asesinó ETA en 1996.

Acto seguido, y recogiendo el guante que le había lanzado el joven, Garrido insistió en el «orgullo que son estos jóvenes para la Comunidad de Madrid. Sois extraordinarios, la representación de más de un millón de alumnos que, de muy distinto origen, se afanan cada día para mejorar». Y subrayó que su Gobierno trabaja para «lograr la igualdad de oportunidades» porque «las sociedades sólo avanzan si algunos no se dejan llevar por la inercia».

No era difícil descubrir entre los 80 jóvenes que se congregaron en el salón de actos del Instituto Beatriz Galindo que la desidia no forma parte de su ADN. «Quiero trabajar para una petrolera», «a mí me gustaría terminar en una multinacional», «me veo como oncólogo, pero fuera de España». Estas son sólo algunas de las ambiciones con las que sueñan los chicos que allí se congregaban. Ellos aspiran a lo más alto y saben que pueden conseguirlo.

Los premios Extraordinarios de la Comunidad de Madrid que se otorgaron ayer recayeron sobre los 80 mejores alumnos de ESO, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas Artísticas Profesionales de Artes Plásticas y Diseño, de Danza y de Música. Unos galardones que otorga la Comunidad para reconocer la excelencia y el esfuerzo de los alumnos: 25 de Secundaria, 25 de Bachillerato, 21 de Formación Profesional, 3 de Artes Plásticas y Diseño, 1 de Danza y 5 de Música. Los ganadores recibieron un diploma acreditativo y un incentivo económico de 1.000 euros y, además, podrán optar a los Premios Nacionales, unos galardones que en ediciones anteriores ya han contado como ganadores a alumnos de la Comunidad de Madrid.

Para optar a estos premios, los alumnos de ESO tienen que obtener una nota media igual o superior a 8,75. Además, deben conseguir una calificación de sobresaliente en cada una de las cuatro materias troncales obligatorias de cuarto curso. Por su parte, los 25 de Bachillerato obtuvieron una nota media igual o superior a 8,75 puntos en los dos cursos. En FP, los alumnos han superado previamente algún ciclo Superior con una calificación final igual o superior a 8,5 puntos.

Miguel González

Bachillerato, 18 años

Es difícil colocarle en la foto. Al igual que la mayoría de sus compañeros, roza el metro noventa. Son una generación de altos, sin duda. Estudia Ingeniería y Matemáticas en la Universidad Autónoma y aún no sabe «si me decantaré por la investigación o buscaré otra salida en el mercado laboral». Le gustan las ciencias exactas, así que no tendrá problemas laborales, porque su perfil es uno de los más demandados.

Marcos Vázquez

Bachillerato, 18 años

Es uno de los mejores, sino el mejor, de su clase en el Colegio Divina Pastora de Getafe y aunque aún no sabe dónde se ve dentro de diez años, este año ha empezado a estudiar Matemáticas en la Universidad Complutense. Descarta dedicarse a la investigación, eso sí. ¿Su generación? «Creo que no estamos mal preparados, pero muchos no saben lo que quieren y, además, no está muy motivada», añade.

Irene González

Formación Profesional, 33 años

Aunque no lo aparenta, les saca unos cuantos años a sus compañeros de foto. Ha sido la número uno de su clase de Formación Profesional en Agencias de Viajes y Gestión de Cuentas. ¿Por qué se decantó por eso? «Estudié Magisterio, y tras ocho años, me quedé sin trabajo y decidí reinventarme durante los dos años de paro». Le ha salido fenomenal porque ya tiene empleo.

Miguel María Jiménez

Bachillerato, 17 años

De los 80 premiados, Miguel es el que mejor nota ha obtenido. Tampoco tiene muy claro su futuro, sólo que quiere estudiar Medicina. «Me veo siendo oncólogo en un laboratorio fuera de España porque aquí el tema de la investigación está regular». Y reflexiona: «Creo que los niños de ahora no buscan el triunfo de la misma forma. El camino es distinto». ¿Claves de su éxito? «La música y mi capacidad de concentración».

Álvaro Rodríguez Cabezas

Premio Especial de Música, 19 años

Su caso de éxito también surge de la situación laboral precaria que viven desde hace años los que se dedican al sector de la construcción. Ha estudiado Diseño y fabricación Mecánica. «Soy delineante, pero desde la crisis no encontraba trabajo, por eso opté por la FP», explica. Y no se arrepiente de la decisión, ya que ahora muchos de los conocimientos que ha adquirido los va a poder trasladar al mundo laboral.

David Edson Migliorini

Secundaria, 16 años

Le apasiona la Filosofía y se nota con sólo hablar dos minutos con él. ¿Dónde se ve en 10 años? «Estudiando música en Berlín porque me gustaría tocar en al Filarmónica. Quiero ser violinista». Reconoce que aprovecha cada momento para estudiar: «Tengo un trayecto de metro de 40 minutos y los aprovecho para eso». Se reconoce seguidor de las ideas de Ortega y Gasset. «Sí, la gente se sorprende con mis ideas».

Paula García

Premio Especial de Danza, 19 años

Dejó a todos los asistentes con la boca abierta en unos minutos. Tras recoger su diploma, se puso un traje rojo, cogió las castañuelas y demostró por qué quiere convertirse en una de las grandes bailarinas de danza española de nuestro país. «Me encantaría terminar trabajando en el Ballet Nacional». Eso sí, sin olvidar que también se quiere formar. «Me gustaría estudiar Historia a través de la Uned».

Blanca Siegrist

Bachillerato, 17 años

Esta joven cursa primero de Bachillerato en el colegio privado Mater Salvatoris. Tiene una idea muy clara: «Me gusta mucho la gestión. Por eso me apetece trabajar en una empresa grande, internacional». Considera que su generación es «bastante trabajadora y que tienen muchas aspiraciones». Su siguiente paso también lo tiene en mente: «Quiero estudiar Industriales con ICAI en la Universidad de Comillas».

Luis Soto

Bachillerato, 18 años

Hace un año que dejó las aulas del colegio que le ha visto crecer, el Retamar, por las de Universidad Politécnica de Madrid donde cursa un grado de Ingeniería Química. «Por el momento me está gustando y sé que me gustaría trabajar en una industria petrolera o en el laboratorio». Considera que la sociedad actual no valora a su generación. «Nos menosprecian un poco», afirma.

Francisco Tomás y Valiente

Bachillerato, 19 años

Este ex estudiante del IES Ramiro de Maeztu es otro de los estudiantes excelentes que ha recibido el Premio Extraordinario. En unos minutos, este joven estudiante de Políticas y Filosofía, subido al escenario, hizo un «mitin» a favor de la educación pública. Pidió una mayor equidad e insistió en que «la educación nos desarrolla como seres humanos». No descarten encontrarle en algún partido político muy pronto.