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«Tengo miedo al ver al Rayito»

La Comunidad espera que las obras estén acabadas para el Rayo-Alavés del 22 de septiembre. «La tribuna nunca había vibrado así», confiesan hinchas que estuvieron el día en que cayó el niño.

Sentados, de izq. a dcha. Pedro Catalán, Carmelo Domingo y Paco Peco. De pie, Lorenzo Torrico, Miguel Ángel Puerta, Javier López
Sentados, de izq. a dcha. Pedro Catalán, Carmelo Domingo y Paco Peco. De pie, Lorenzo Torrico, Miguel Ángel Puerta, Javier Lópezlarazon

La Comunidad espera que las obras estén acabadas para el Rayo-Alavés del 22 de septiembre. «La tribuna nunca había vibrado así», confiesan hinchas que estuvieron el día en que cayó el niño.

El Estadio de Vallecas echa el cierre y los aficionados franjirrojos podrían no volver a ver jugar a su equipo hasta dentro de tres semanas. La noticia llegó tras una reunión celebrada el lunes entre La Liga, la Comunidad de Madrid y el Rayo Vallecano, en la que todas las partes acordaron ampliar el cierre del estadio, al menos, hasta el 15 de septiembre. «Estamos muy preocupados, esto es de vergüenza», protesta Paco Peco, ex presidente de la Federación de Peñas y líder de la peña rayista más longeva, «El Cencerro», que lleva activa desde 1973. «Yo vi poner los primeros andamios», recuerda, y estuvo allí incluso cuando Adolfo Suárez inauguró el estadio, el 5 de junio de 1976. Ahora, está condenado a sentir «miedo» cada vez que se sube a la grada a disfrutar de su «rayito». «La gestión por parte del presidente del club es pésima», lamenta, «y la afición es la más perjudicada».

Desde la primera jornada de Liga, el estadio había dado muestras de estar en condiciones defectuosas. El pasado 19 de agosto, día en que el regreso del Rayo Vallecano a Primera División se saldó con final amargo, no sólo por el 1-4 ante el Sevilla, sino porque un niño de cuatro años se precipitó desde una de las gradas del fondo del estadio y cayó sobre un foso de escombros que había en el suelo y desde una altura de metro y medio. Por suerte, el menor salió prácticamente ileso, pero este suceso volvió a poner ante los focos las «deficiencias de seguridad» del emplazamiento, que se ocupó de denunciar el padre del pequeño.

La propiedad del Estadio de Vallecas es de la Comunidad de Madrid, que ofreció al club disputar los dos primeros partidos del calendario fuera del estadio, según aseguró el vicepresidente del Gobierno regional, Pedro Rollán. Sin embargo, la directiva denegó la propuesta, ya que la instalación, a pesar de todo, tenía los certificados de seguridad en regla para albergar el primer partido de Liga.

Desde entonces, la afición siente que «se están riendo» y «choteando» de ellos; «de nosotros, que lo hemos dado todo por nuestro equipo» y cargan contra el presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa.

Ayer, la Comunidad afeó al Rayo Vallecano que el mantenimiento del estadio es su «responsabilidad» y no ha sido el «adecuado». Es precisamente en este aspecto en el que más inciden los socios del Rayo: poca iluminación, asientos deteriorados, suciedad... «El presidente pretende que la Comunidad pague hasta los cambios de las bombillas. Presa vive en un mundo paralelo», reprocha Miguel Ángel Puerta, vocal de la «Peña Rayista 2004» y apostilla: «Desde la presidencia lo único que hacen es culpar al Gobierno regional, pero no dan soluciones». El estado general, describe, es «patético»: «Las tuberías están rotas, los azulejos del baño se caen y no han lavado los aseos en 20 años».

Javier López, de la peña «Los desperdigaos», asegura que «la tribuna nunca antes había vibrado así». Este aficionado también apunta a la organización: «La Comunidad advirtió al presidente de que no se debía jugar, pero Presa no vive en la realidad. El día 20 de agosto –tras el accidente– seguía empeñado en que se iba a jugar aquí. Ayer dijo por la radio que el Gobierno regional no le había avisado de las obras, cuando en prensa varios medios habían informado ya de que por lo menos no finalizarían hasta el 15 de septiembre...».

Con respecto a las posibles soluciones, Peco apunta que celebrar los partidos a puerta cerrada «precisamente este año, que hay récord de abonados (unos 12.000), es injusto». Carmelo Domingo, presidente de la peña «El cerro», opina que la única solución, «sería jugar en campo contrario o que nos cedan uno». Pese a todo, el ánimo de Peco no decae, y los demás aficionados le secundan cuando esgrime: «Mientras vivamos, seremos del Rayo».