Angel del Río
Toda prevención es poca
A nadie se le oculta que Madrid es objetivo preferente para los yihadistas, y los atentados de Barcelona han demostrado que toda preocupación es poca y que la mejor forma de prevenir, es extremar las medidas de seguridad. Por eso la delegada del Gobierno, Concepción Dancausa, insiste en llamar a la prevención, que no solo consiste en reforzar la vigilancia policial en aquellas zonas más proclives a la concentración de personas, y que son en potencia lugares de actuación estratégica para los terroristas, sino que precisa de la colaboración ciudadana y de otras instituciones, especialmente los ayuntamientos, encargados de establecer mecanismo de seguridad en las calles.
La detección de datos que apuntan a que Madrid es objetivo prioritario, hace que se refuercen las medidas, los controles y los medios humanos y materiales para evitar situaciones indeseables. No se van a escatimar esfuerzos en este sentido, según el compromiso adquirido por la propia delegada del Gobierno, y tampoco el Ayuntamiento, los comerciantes, la ciudadanía en general, pueden mantenerse al margen de esa situación, porque las últimas amenazas conocidas, son más que inquietantes, y la acción terrorista podría extenderse a otros ámbitos en los que hasta ahora no se ha hecho presente, que tienen que ver con las superficies comerciales y los alimentos, como ha desvelado nuestro compañero Zuloaga. En la reunión de ayer, se ha pedido mayor implicación de los policías locales con los cuerpos de seguridad del Estado, al tiempo que se refuerza la vigilancia en torno a las mezquitas. La delegada y la alcaldesa, se reunirán el próximo martes para avanzar en un plan de prevención todavía más severo.
Madrid ya sabe de zarpazos terroristas, como los del 11-M. Sabe que es un objetivo clave. La medida de poner obstáculos en la vía pública para impedir, o dificultar el paso, de vehículos potencialmente de alto riesgo, es innegociable, por mucho que desde algunos sectores se argumente que perturban la movilidad. No me cabe la menor duda de que el Ayuntamiento de Madrid está dispuesto a colaborar en este sentido, para que bolardos y bloques de hormigón, bloqueen intenciones asesinas. Lejos del nivel 4 de la alerta general, aquellas ciudades que son objetivos potenciales de atentados terroristas, deben extremar las medidas de seguridad, incluso más allá, si es posible, de lo que oficialmente se recomienda. No es cuestión de sembrar alarma social, sino de estar prevenidos ante lo que unas mentes asesinas puedan perpetrar.
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