Comunidad de Madrid
Un «filtro BIC» para reducir las protestas en Sol
En plena polémica por la petición del Gobierno regional y de los comerciantes del centro de Madrid para que la Puerta del Sol deje de concentrar la mayoría de las manifestaciones que se viven en la zona centro, la alcaldesa de la capital, Ana Botella, ha puesto sobre la mesa una sugerencia para reducir el número de protestas que, a diario, soportan los vecinos y empresarios de la concurrida plaza. La propuesta consiste en tener en cuenta la consideración de Bien de Interés Cultural de este emblemático lugar como filtro para «esponjar» el número de protestas que tienen lugar allí. De este modo, el hecho de que Sol tenga la consideración de conjunto histórico protegido supondría un filtro para que la Delegación del Gobierno tenga en cuenta el posible desvío de las manifestaciones a otros lugares de Madrid.
La regidora madrileña propone esta medida en tanto en cuanto en la cercana Plaza Mayor, que también está protegida como BIC, se autorizan muchas menos concentraciones debido, precisamente, a su alto grado de protección patrimonial. Esto no significa que no se pueda protestar en este lugar, sino que se limita su número en orden a conservar el bien. De hecho, en los últimos dos años, se han producido 16 concentraciones en la Plaza Mayor, según explicaron fuentes de la Delegación del Gobierno.
«Es necesario velar por la actividad comercial de Sol, que es una de las zonas de Madrid en las que más IBI se paga y, al mismo tiempo, defender el derecho a la manifestación», señaló la alcaldesa. En este sentido, consideró que está a favor de defender ese derecho pero apuntó que se puede ejercer en otros lugares.
Es más, muchas otras zonas de la capital tienen la consideración de Bien de Interés Cultural, como el paseo del Prado, el entorno del Palacio Real o la Ciudad Universitaria. Sin embargo, aunque también se producen protestas en estos lugares, Sol es, sin duda, el lugar preferido para reivindicar desde el rechazo al uso de pieles de animales, hasta la exigencia a la liberación de presos políticos o el apoyo a las víctimas del tifón «Haiyán» en Filipinas, entre otras muchas reivindicaciones que se han escuchado junto al Oso y el Madroño. Las hay de todos los tamaños y colores y, según detalló la Delegación del Gobierno, casi la mitad de las cerca de 400 protestas que se produjeron el año pasado estuvieron formadas por menos de 50 personas. Así, se busca compaginar el derecho de cada uno a expresar libremente lo que considere con el bien general y el negocio de los comerciantes.
De hecho, la Comunidad de Madrid argumenta que las cuentas de estos últimos sufren un serio revés los días de protesta.
Victoria lo ve «interesante»
Por este motivo, la Comunidad pidió hace 15 días, tanto al Ministerio del Interior como a la Delegación del Gobierno, que adoptasen medidas para tratar de moderar el número de manifestaciones que se producen en la plaza, junto a la sede del Gobierno, y que, según afirmó el portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, «está ocasionando notables perjuicios a comerciantes, a turistas, a trabajadores y a familias».
«Es una buena propuesta y estamos abiertos a hablar con el Ministerio y el Ayuntamiento así como participando en reuniones con comerciantes en la zona, con asociaciones sobre el turismo y con la Gremial del Taxi . Es bueno que todos tengamos propuestas tan interesantes como la que ha desarrollado el Ayuntamiento».
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