Asesinado un hombre de cinco disparos en Villaverde

Los ángeles de J. J. fueron los médicos del centro de salud precisamente con ese nombre, Los Ángeles, que le atendieron a los dos minutos de ser tiroteado, aunque ni por ésas pudo salvar su vida. Los sanitarios del centro, en el número 1 de la calle Totanes (distrito de Villaverde), salieron nada más escuchar las detonaciones que se produjeron a apenas 15 metros de sus puertas. En el suelo, en medio de un gran charco se sangre, se encontraba un varón de mediana edad incosciente. Se trataba de J.J.M., un hombre de 40 años y nacionalidad española con dos antecedentes en su ficha policial por tráfico de drogas y extorsión, según confirmó ayer una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Tenía cinco disparos y las heridas eran prácticamente mortales: dos tiros en al cabeza, otro en la cara y otros dos en el abdomen y un hombro. A pesar de la gravedad de su situación, J.J. aún tenía pulso y los sanitarios del Summa lograron estabilizarle controlando lo máximo posible la gran hemorragia. No obstante, respiraba con gran dificultad –eran especialmente preocupantes las heridas de la cabeza– y los médicos no garantizaban en absoluto que saliera con vida de aquella.

Hasta el lugar se trasladaron una UVI móvil y un vehículo especial de catástrofes (para poder instalar una tienda de campaña si fuera necesarios practicarle alguna maniobra y evitar la mirada de curiosos y el frío) pero, desgraciadamente, la celeridad de los sanitarios no le sirvió a la víctima para salvar su vida. Le trasladaron intubado en estado muy grave al Hospital 12 de Octubre, donde falleció apenas dos horas después de ser ingresado. Los hechos ocurrieron poco antes de las ocho de la tarde de ayer, hora a la que entró la llamada de emergencias a la centralita del 112 y a la Policía Nacional, que activó a sus agentes para que se desplazaran hasta el lugar del suceso. Hasta la calle Totanes se desplazaron varios agentes de la Policía Científica para estudiar la escena del crimen así como los agentes del Grupo V de Homicidios de la Brigada de Policía Científica, de guardia esta semana y que se hicieron cargo de la investigación de los hechos.

Los vecinos de la zona aseguraron ayer que es muy común el trapicheo de droga en el barrio, conocido como la Ciudad de los Ángeles, un lugar habitual de reyertas entre camellos de poca monta pero que no suelen acabar en tragedia.

Las primeras pesquisas se centraban ayer en comprobar si el hombre tenía alguna deuda pendiente o algún pago por cobrar y si se trata, por tanto, de un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas. En cualquier caso, Jesús Javier tuvo ayer el triste honor de inaugurar la lista de muertes violentas de 2013 en la Comunidad de Madrid.