Internet
Un millón de madrileños protesta cada día en internet
Eventos, grupos, recogidas de firmas... internet se ha convertido en un medio más para que cualquiera pueda conseguir su propósito con el apoyo de unos cuantos «amigos». Sólo en Madrid más de un millón personas participa habitualmente en las peticiones de «ayuda» para las que son reclamados a través de redes sociales como Facebook, Tuenti o Change, entre otras, aunque no siempre contar con el apoyo de mucha gente es sinónimo de éxito. Porque entre las preocupaciones de los madrileños hay cuestiones tan variopintas como que no cierren las instalaciones de Cosmo Caixa en Alcobendas, que se haga justicia con el galgo que desapareció hace unos meses en los túneles de Metro –y que finalmente apareció muerto– o que no se cierre el parque de bomberos número 6 de la capital, en la calle Imperial, al lado de Sol.
Atrás quedan las instalaciones de mesas en las principales plazas y barrios de las localidades para solicitar apoyo por una causa aunque últimamente protestas como las de los empleados de Sanidad si que han empleado urnas itinerantes. Uno de los casos más sonados de «apoyo virtual» en la región fue el que recibió Isabel de la Fuente, madre Cristina Arce, una de las cinco jóvenes que falleció en el Madrid Arena durante una fiesta de Halloween. De la Fuente creó en una red social una petición de firmas a mediados del pasado diciembre para solicitar al Ejecutivo de la Comunidad de Madrid la reforma de la Ley de Espectáculos para «evitar tragedias como la que le costó la vida» a las chicas de fiesta del 1 de noviembre, podía leerse en la web.
En apenas una semana ya había conseguido reunir los nombres de más de 300.000 personas de todo el mundo. A principios de mayo, cuando el consejero de Presidencia y Justicia, Salvador Victoria, la recibió en su despacho, la familia de Cristina Arce llegó a la Puerta del Sol con 420.000 firmas debajo del brazo. A día de hoy 8.000 personas más (428.768, en total) han apoyado una solicitud para la que ya hay un compromiso del Gobierno autonómico. «Saber que mucha gente nos apoya nos da ánimos para seguir luchando para conseguir justicia para Cristina y las otras chicas», declaró entonces Isabel de la Fuente que difícilmente hubiera conseguido el compromiso de tantos ciudadanos sin la ayuda de internet.
«Con este apoyo se ejerce presión pública para que se preste atención a los asuntos que quieren los ciudadanos», explica Francisco Polo, director de Change.org en España, quien asegura que Madrid se ha convertido en punta de lanza internacional en este tipo de movilizaciones a través de las redes sociales. De hecho, el 13% de los usuarios de internet mundiales (más de 3 millones de personas, en cifras concretas) son españoles. Sólo en la plataforma que dirige Polo la tasa de usuarios web en Madrid es del 21%, con más de 800.000 usuarios.
Sin quitar valor a la suma de firmas que puede conseguirse a través de las redes sociales, fuentes de la Comunidad de Madrid aseguraron que en casos como el de las víctimas del Madrid Arena «es asunto tiene la suficiente entidad e importancia como para que se reciba a las familias o a todo aquel que lo solicite». En otros casos algunas de estas iniciativas populares promovidas en la región –cualquiera puede crear un grupo de apoyo en las redes sociales sobre el tema que le interese–han tomado valor a medida que sumaban más apoyos. Que el Summa conserve a día de hoy la plataforma para su helicóptero en Lozoyuela es un ejemplo de esto.
Echando cuentas, el Ejecutivo regional planeó ahorrar 700.000 euros anuales utilizando de forma permanente para las atenciones sanitarias de los habitantes de la sierra el helicóptero de la base de Las Rozas. El de Lozoyuela se emplearía «siempre que fuera necesario», aclararon desde Sanidad. Sin embargo, en las redes sociales nació una iniciativa que solicitaba el mantenimiento de este servicio tal y como había venido funcionando. Carlos Ramos, el creador de esta petición, logró que 69.236 personas se posicionaran junto a él en esta misión. Mucha gente para unos municipios poco poblados, cuyos alcaldes trasladaron la «presión» popular a los responsables de Sanidad con el resultado ya conocido: el helicóptero de Lozoyuela sigue funcionando.
Otras veces, como en el caso de la celebración de la cabalgata del Orgullo Gay, las peticiones de los madrileños van al margen de las decisiones que representan al colectivo LGTB. A petición de sus organizadores, este año esta marcha no pasará por Gran Vía, sin embargo, el descontento ya tiene su petición de apoyo y más de 2.200 personas ya se han significado a favor de que, de nuevo, las carrozas recorran su tradicional trazado entre la Puerta de Alcalá hasta la plaza de España pasando por la popular calle madrileña.
Una de las últimas iniciativas «colgadas» en la página web Change.org busca evitar el cierre del colegio Adarve de Pozuelo de niños con discapacidad. En sólo unas semanas ha logrado 33.789 firmas. Ha nacido un nuevo «manifestódromo»: En España los ciudadanos logran una «victoria» al día con sus protestas virtuales.
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