Madrid Arena
Un técnico de Madridec advirtió del exceso de barras en el Arena
Culpa a su superior de permitirlo pese a que obstaculizaban salidas
Madrid- Fue «una declaración sincera», según Abdón Núñez, abogado de la familia de Belén Langdon, una de las cinco fallecidas en la fiesta de Halloween que se celebró en el Madrid Arena la noche del 31 de octubre del pasado año. Núñez se refirió, en declaraciones a LA RAZÓN, a la comparecencia ante el juez titular del «caso Madrid Arena» de José Ruiz Ayuso, jefe de Operaciones de Madrid Espacios y Congresos (Madridec). El abogado de la familia de Belen Langdon llegó a la conclusión de que Ayuso decía la verdad porque «justificó perfectamente todo lo que hizo desde las 02:15 horas hasta las 04:30 horas», el tiempo en el que se produjeron las avalanchas y la entrada masiva de personas del exterior al núcleo de la fiesta, en la planta baja.
Ayuso, tras afirmar que Francisco del Amo, coordinador de Operaciones y Proyectos de Madridec, fue el máximo responsable del evento, explicó que, tras la marcha de éste (a las 03:00 horas), él mismo se quedó como responsable de emergencias. En este sentido, aseguró que antes de la fiesta había avisado a Del Amo de la existencia de una serie de defectos que había en la pista central, así como que «ni las barras ni los roperos cumplían» con el plan diseñado por la empresa organizadora, Diviertt (propiedad de Miguel Ángel Flores, principal imputado en el caso); a lo que Del Amo respondió que «no pasaba nada, no importa», aunque era «de vital importancia para calcular el aforo», indicó Abdón Núñez. Respecto al número de barras, Ayuso insitió en que había más de las permitidas y «algunas obstaculizaban las salidas», aclaró Núñez. En concreto, el ex director general de Madridec, Jorge Rodrigo, declaró en su comparecencia del pasado 1 de marzo que estaban previstas seis barras cuando finalmente hubo 18 o 20. También contradijo a otro de los imputados, Raúl Monteverde, jefe de Equipo de Seguriber –empresa encargada de la seguridad exterior del recinto–, en la cuestión de quién dio la orden de abrir el portón por el que accedieron las personas que estaban en el exterior. «Identificó con toda seguridad al director de Diviertt, Santiago Rojo», cuando Monteverde acusó a Del Amo. «Puede ser que Del Amo diera la orden y abriera Seguriber, pero Ayuso no dudó en lo que dijo», aseveró Núñez, quien añadió que, gracias a la declaración de Ayuso, se sabe que «el pabellón satélite, en el que había algunas entradas, tenía que haber estado cerrado y si alguien lo abrió tuvo que ser Seguriber».
Por último, Ayuso desmintió a Simón Viñals, responsable de la enfermería durante la fiesta. «No había 12 sillas en la enfermería, sino cuatro o cinco. Tampoco había una camilla como la que dijo Viñals, que subía y bajaba, sino una fija que llevaba sin moverse años, y no había dos mesas redondas, sino una. Viñals no ha hecho más que mentir en sus declaraciones», explicó Núñez.
Hoy comparecerá su hijo Carlos, imputado en el caso por ser el otro encargado de la asistencia médica aquella trágica noche.
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