Elecciones 24-M
UPyD, la lucha por la supervivencia
Ni siquiera aparecen en la última encuesta del CIS, pero los magenta pelean por conservar su espacio en las instituciones
Cuando sólo uno ya es suficiente
David Ortega / Candidato de UPyD al Ayto. de Madrid y Ramón Marcos / Candidato de UPyD a la Asamblea regional
El partido magenta no tiene un panorama muy halagüeño para el próximo 24-M y lograr representación parlamentaria ya sería un logro. Aún así, las ganas de pelear siguen intactas, al menos, en el candidato del Ayuntamiento. David Ortega se muestra convencido de sus razones para presentarse. «Yo no soy un político profesional. Soy profesor. Me dedico a la docencia en la universidad, a la que volveré cuando acabe mi etapa como representante de los madrileños», asegura. Se metió a política precisamente por hacer aquello que le decía a sus alumnos: comprometerse, y Madrid, opina, «necesita cambiar muchas cosas tras 24 años de mayoría absoluta». A pesar de las encuestas tan desfavorables con las que encara los próximos comicios, cree «sinceramente» que son la mejor opción para transformar Madrid. ¿Y cómo imagina Ortega esa capital «transformada»? Pues «con menos coches y más bicis, con unos servicios sociales más punteros. Un Ayuntamiento con los pies en el suelo». Los pies en el suelo parece que no tienen al ignorar los datos que ofrecen todas las encuestas. El CIS ni siquiera les da un concejal ni un diputado.
Por su parte, Ramón Marcos, el candidato a la presidencia autonómica, aboga por una región más centrada «en la educación y el saber». La Institución Libre de Ensañanza (enclave de su foto) representa, para el candidato magenta, «la España que pudo ser y no fue, la que quiso Fernando de los Ríos y la España y el Madrid que me gustaría para el futuro. Considera que le avala su trabajo hecho en la Asamblea los últimos cuatro años, en los que su grupo «ha presentado más de 8.000 iniciativas pensando en los madrileños, más que ningún otro grupo». Quiere que la política cambie para «centrarse en la gente y resolver sus problemas de verdad». La Comunidad que le gustaría de cuatro años es una «de las mejores regiones de Europa, una región donde el desempleo baje, al menos, al 5 por ciento, que tenga una universidad entre las cinco mejores de Europa y donde el abandono escolar baje del 20 por ciento». Por su puesto, lucharía por llegar a «cero corrpución y cero despilfarro».
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